lunes, 22 de septiembre de 2014

SARAJEVO


Dejamos Mostar camino de Sarajevo. Nuestro compañero de viaje nos dejó en la estacada, no reconoce la dirección del hotel, por lo que tuvimos que entrar en Sarajevo y buscar el hotel sin ayuda. Si es que una no se puede fiar de la tecnología... Menos mal que Louise se ha contagiado de sus dotes, la convivencia es lo que tiene, y consiguió que llegáramos al hotel "casi" derechas. Eso sí, se nos hizo de noche dando un par de vueltas. Recordadme que algún día os cuente cómo conducen por aquí.
Teníamos mucho deberes para hacer, la lista de cosas que nos había mandado Rut era larga, así que entre esa misma noche y el día siguiente entero nos dedicamos a ello exhaustivamente. ¡Lástima que la lluvia, la incesante y pertinaz lluvia, hiciera disminuir nuestro rendimiento!

Sarajevo tiene un encanto especial. No es una ciudad monumental al uso. Su pricipal encanto reside en la amalgama cultural, en la diversidad de credos, y por lo tanto de lugares de culto, y en el bullicio de sus calles, principalmente en Baščaršija, su parte antigua. No esperaba encontrar una ciudad tan... turca, no sé si me explico, cuando piensas que estás visitando una ciudad europea. 
Entramos a iglesias ortodoxas, a la catedral católica, a una mezquita. A la sinagoga no porque era sábado, fiesta de guardar. Para que veáis que no hago distingos. Espe entró también a un museo sobre la masacre de Srebrenica; yo no fui capaz, no tenía cuerpo, ni mente, para unas dosis de tan cruda realidad.



1 comentario:

  1. Para una vez que os falla... tampoco os quejeis dadle un poco de cariñito y ya está. Ondo segi!

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