Efectivamente, el pronóstico se ha cumplido. Ha llovido como si no lo fuera a hacer nunca más. Así que nos hemos echado a los museos, previa visita al mercado, que hay que palpar el ambiente de los lugareños y conocer los productos de la tierra, en este caso también del mar. Pena no estar en una casa para poder comprar y cocinar!
Pues eso, que nos hemos ido de museos. Uno de arte naif croata, super cuqui, nos ha encatado. Otro de esculturas de un artista croata de apellido impronunciable, estupendo también. Y otro, el Museo de las relaciones rotas, muy curioso. Consiste en una serie de objetos/historias, me explico: la gente, cualquiera, puede donar un objeto que le recuerde o represente un amor fallido, bien sea por una oportunidad perdida, un amor imposible o una ruptura traumática... Había todo tipo de historias que rezumaban nostalgia, ternura, dolor... y mucha mala baba. Lo siento chicas, pero estas últimas eran todas de mujeres, no sé por qué...
Además hemos asisitido a un concierto de órgano en una iglesia, no sabía yo que un órgano pudiera llegar a dar esas notas y con esos registros tan variados, un gusto!
Y también han caído unas Trippen.
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