viernes, 3 de abril de 2015

NEW PLYMOUTH


New Plymouth es una ciudad a poca distancia del monte Taranaki, un precioso volcán de 2518m al que tengo previsto subir. De hecho, el monte se ve, vigilante, desde muchos puntos de ella.


Es por ello que he venido hasta aquí, y he quedado agradablemente sorprendida. Es una ciudad con vida, y diferente. La diferencia se ve en las casas: aquí no parece que todas las casas unifamiliares donde viven estos neozelandeses sean como de casita prefabricada o cabaña o mobilhome de camping. Se ven cosas diferentes, podrán ser buenas o malas, te pueden gustar más o menos, pero hay un poco de diseño. Y se ve en la calle, con sus murales y sus esculturas, en las tiendas y en la gente, en el vestir y en los peinados, ¡hay chicas con pelo corto!

Tiene un paseo costero de más de 10 km estupendo, una playa larguísima a 15 minutos andando, un parque grande y un pequeño zoo. Y un observatorio en una colina donde, supuestamente, los jueves, a las 7:30 en invierno, 8:30 en verano, se pueden ver la luna, las estrellas o recibir explicaciones. Para una vez que me coincide que estoy en el sitio el día apropiado, allí que me planté a ambas horas, como es otoño no sabía a qué atenerme. Pues a ninguna hora había nadie. Menos mal que se nubló, así me dio menos pena.

¿Habrá estado Calatrava por aquí?
Y también hay unos policías, modernos como la ciudad, que te paran y te preguntan tu nombre y dirección, y en lo que tardas en contestar te apuntan con una aparatito a la boca y en un pis-pas te han hecho un control de alcoholemia. Ama, que andas preocupada con el tema, que sepas que di cero.

Esa montaña me está esperando...

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