domingo, 17 de octubre de 2021

RECORRIENDO EL PAÍS I: BERAT Y LA COSTA JÓNICA

Berat, la ciudad de las ventanas.

Madrugamos un montón para ir al aeropuerto con Espe, y coger allí un coche para seguir con la parte turística del viaje, ya sin ella. El plan era  viajar hasta Gjrokastra, ciudad situada bastante al sur, y aprovechar el viaje para hacer diversas paradas.

Llegamos a Berat a media mañana. Berat es una localidad otomana con mucho encanto, muy diferente de lo que había visto hasta ahora. Está emplazada en un meandro del río Osum, en un paraje incomparable, y está muy bien conservada. Es Patrimonio Mundial de la Unesco, y no me extraña. En la foto se aprecia claramente el motivo por lo que le llaman la ciudad de las mil ventanas. La uniformidad de las fachadas le confiere un encanto especial. Callejeamos un poco y subimos al castillo/ciudadela, situado, lógicamente, en la parte alta de la ciudad. Además de un laberinto de callejuelas, allí se pueden encontrar diferentes iglesias y mezquitas. Una de esas iglesias, la de la Dormición de la Virgen, acoge el Museo Onufri, dedicado a un destacado pintor de iconos. Tanto la iglesia, con un espléndido iconostasio, como el Museo, son de obligada visita. Vimos unos iconos bizantinos espectaculares. 

Después de un piscolabis, nos pusimos otra vez en marcha. Hay una manera más directa de llegar hasta Gjrokastra, de unas 3 horas para hacer unos 160 km, pero elegimos el camino de la costa Jónica porque no íbamos a volver a pasar por allí y por si caía un baño. Eran el doble de kilómetros, pero no pensamos que iba a ser para tanto. Craso error. Domingo de agosto. No calculamos bien lo que eso significa en Albania, donde no hay circunvalaciones, ni nada que haga el viaje algo más llevadero. Las localidades que pasamos eran todas un horror turístico, no pudimos aparcar en ningún sitio para darnos un baño, y tardamos más de 6 horas en llegar a destino.  Una pesadilla de viaje, vamos. 


La carretera es muy sinuosa, y hay que pasar un puerto de montaña, además de  atravesar un montón de poblaciones de costa que, como ya he comentado, no tienen circunvalación. En la foto, la costa Jónica desde el puerto del Monte Çika, a 2045 m. Creo que esta zona merece una visita detenida, en otra época del año y con más tiempo para ir parando a dormir en las diferentes localidades del camino, que aunque tienen 0 encanto, permiten disfrutar de la costa, que tiene pinta de merecer mucho la pena.

Total, que llegamos a Gjrokastra de noche, en mi caso agotada de la conducción, las demás antzeko parecido. Menos mal que gracias a GoogleMaps, y a un albanés amable que nos vio un poco perdidas por el pueblo y se acercó a ayudarnos, conseguimos encontrar la casa con bastante acierto. 

 Vaya aquí un consejo para cualquiera que vaya a viajar en coche por Albania. Si le preguntáis a GoogleMaps cuánto se tarda para ir de un sitio a otro, calculad por lo menos la mitad más. 

domingo, 12 de septiembre de 2021

TIRANA


He tenido mucho tiempo para explorar Tirana. Un día entero antes de ir hacia las montañas, con Espe, y dos más después, junto con las demás. Tiempo de sobra, Tirana no da para mucho. Lo que viene en las guías se ve prácticamente en un día, dos a lo sumo si entras en más de un museo. Pero ha estado bien, nos ha dado para callejear por zonas no turísticas y hacer un primer estudio sociológico del paisanaje.

Pazar i Ri: el bazar

Tirana es una ciudad caótica. Urbanísticamente y circulatoriamente hablando. No hay manera de hacer una foto a ninguno de sus monumentos sin que te salga una obra, un grúa... Da igual por qué barrio te muevas o a dónde vayas.  En todos los lados hay edificios en construcción. Y todo lo que construyen levanta más de 20 pisos. Es difícil entender quién va a comprar todo eso que construyen. Según los datos oficiales, el salario medio en Albania es de 300 €. Eso no da para comprar vivienda, digo yo. 


Y lo de la circulación... Ya cuando cogimos el taxi en el aeropuerto vimos que lo de los carriles, lo de la teoría de las rotondas, en el caso de bicis y motos lo del sentido de las calles... es algo que no han asimilado bien. Yo no hacía más que fijarme, luego iba a conducir por el país, y realmente caos es la palabra que mejor define lo que veía.


Las avenidas son superanchas. En algún sitio he leído que hay ciudades europeas con avenidas anchas, y que luego está Tirana, que son avenidas anchas sin ciudad. No hay estructura urbana, los edificios se van construyendo unos al lado de los otros sin planificar la urbanización de las zonas. Pero tiene mogollón de árboles, muchos parques y jardines y asientos por doquier. Asientos que se pueden mover, que los coges y los vas moviendo al ritma que se va moviendo la sombra. Y nadie se los lleva, ni los tira por ahí...  Lo que no tiene son fuentes. No sé si es porque, en teoría al menos, el agua de Tirana no es potable, o por algún otro motivo, pero no las hay. Y con el calor que hacía las hemos echado de menos.


La mayoría de los edificios son de la época comunista, mamotretos de cemento con fachadas rematadas por cada vecino con el material y pintura que tenía a mano, coronados de parabólicas y marañas de cables. Para paliar este desaguisado, el en su día alcalde de Tirana y hoy primer ministro del país, Edi Rama, propuso hacer “una galería de arte al aire libre” pintando los edificios más degradados de vivísimos colores con flechas, arcoíris, hojas, formas geométricas varias... para dar a la ciudad un aspecto más limpio y estético, y no tener que derribar ni reconstruir los edificios. En su día no se si consiguió su objetivo, pero hoy en día la mayoría de las fachadas pintadas necesitan otra rehabilitación, están hechas polvo. Sólo hay unas pocas renovadas en la zona más turística, cerca del bazar y del bunker más visitado.





Casi todo lo que hay que ver en Tirana está alrededor de la plaza Skanderbeg, dedicada a un héroe nacional que luchó contra los otomanos, excepto el bazar (Pazar i Ri). La plaza es enorme: es una amplia explanada de casi 300 de diámetro (en el caso de que fuera redonda), y está rodeada de lo más antiguo y lo más moderno de Tirana, sin transición alguna, como podéis ver en la foto. Es imposible no pasar por ella varias veces al día. No pudimos ver la Mezquita de Et'hem Bey porque la están restaurando, ni el magnífico mosaico que preside la fachada del Museo Histórico Nacional, también en restauración. Por lo demás, hicimos todo lo que es típico: entrar a algún bunker, ir al bazar, entrar al Museo Nacional (un aviso: no hay aire acondicionado, por si alguien piensa que dentro puede librarse del calorón), pasear por la tarde por la plaza para ver el bullicio, e ir al barrio de Blloku, donde ahora está la zona de marcha nocturna. Y como hemos tenido mucho tiempo, lo que es menos típico: subir en un teleférico al Monte Dajti, parque Nacional de 30000 Ha y lugar de esparcimiento de los tiraneses.


Comer es fácil y muy asequible. Tienen una mezcla de la gastronomía griega, turca e italiana que hace que encuentres cosas que te gusten en cualquier carta y que puedes sentarte en cualquier sitio con la garantía de que te van a dar bien de comer. Hay mogollón de cafés, bares y zgaras (tabernas con parrilla), y cantidad de establecimientos nuevos tipo chill-out, lounge o como se llamen esas moderneces. Y aquí volvemos a lo de antes: con ese sueldo medio, no entiendo quién llena todos esos establecimientos.



Callejeando llegamos a un patio, una trasera de un edifico, donde nos encontramos unas estatuas enormes, arrinconadas allí a la espera de no se sabe qué. Dos Stalin, un Lenin, dos obreros luchadores y un busto  de piedra de Enver Hoxha (el dictador comunista que rigió el país durante 40 años). Para que os hagáis una idea, una persona tendría la altura del busto de piedra. Mucho metal desperdiciado. Si estuvieran aquí, ya se la habrían ido llevando poco a poco, las habría ido desmontando y vendiéndolas al peso. Pero por lo visto eso no pasa en Tirana. De hecho, casi no hemos visto a nadie pidiendo, ni gente tirada en la calle, y hemos andado y entrado a todas las callejuelas y callejones que se nos ha ocurrido sin tener la mínima sensación de inseguridad. La verdad es que a pesar de lo caótico y de que no tiene nada especialmente monumental, me ha gustado mucho Tirana.




martes, 17 de agosto de 2021

CAMINANDO POR LAS MONTAÑAS BALCÁNICAS


En el grupo somos 6, de diferentes orígenes. Hemos contratado el trekking con diferentes agencias, pero en Albania es David, un abulense que lleva 8 años en Albania el que se va a hacer cargo de nosotros. Tiene allí una agencia, Viajes Iliria, que ofrece diferentes packs para conocer el país. En nuestro caso, va a ser un trekking por el norte, tocando también Montenegro y Kosovo, y subiendo los montes más altos de Kosovo y el de Albania. El conocimiento que tiene David de la montaña, del país y de sus gentes le dan un enorme plus al viaje. Con él, hemos podido convivir con gentes y tener vivencias a las que de otra manera no hubiéramos tenido acceso.

Nos juntamos con el grupo en Tirana y emprendemos el viaje a Theth, el pueblo de montaña más famoso de Albania,. Montón de horas de viaje, 5:30 horas para apenas 200 kilómetros. La carretera es infernal: atascos primero, sinuoso puerto de montaña después, que al bajar pierde el asfalto. Nos fijamos que en las zonas rurales apenas hay casas viejas, tradicionales. David nos explica que sale más barato hacerse una casa nueva que rehabilitar las antiguas. Supongo que algún día se arrepentirán. 


En Theth nos alojamos en un agroturimo, Logu i Harushave, más que recomendable. Por la tarde damos un paseo por la zona, y vamos hasta unas cascadas. Hay que empezar a calentar para los días que nos esperan por delante.

1º dia: Theth-Valbona. Unos 11 kms, Unos 1.150 m. de desnivel positivo, unos 800 m. de desnivel negativo, datos de mi Wikiloc, que no serán del todo fiables. La ruta está perfectamente señalizada, es una de las rutas más populares de Albania. Comenzamos con una primera subida potente. Menos mal que hay mucha sombra, caminamos por un frondoso y extensísimo hayedo. Encontramos una bar antes del collado final, el collado de Valbona. La bajada es muy pronunciada, pedregosa. La mayoría de la gente hace la ruta en el otro sentido y encontramos a mucha gente subiendo. Paramos a comer en otro bar, estas rutas están muy bien abastecidas. Por un momento, Espe se convierte en pitonisa y lee los posos del café turco con bastante aplomo y seguridad. ¡Y hasta parece que acierta! La ruta acaba en un río con un cauce pedregoso por el que es muy incómodo caminar. Como nuestras maletas hoy han bajado en caballo y éstos no pasan de un punto, la aldea de Rrogam, nos evitamos ese tramo final y nos vamos en el mismo jeep que David ha contratado para llevar los petates. La verdad que son uno kilómetros finales que nada aportan a la ruta. Un alivio, porque siento que voy floja. Espero ir remontando a lo largo de los días.


2º dia: Valbona- Çerem
. Datos del Wikiloc: 16 km, 1.300 m de desnivel positivo, unos 1.000 m. de desnivel negativo. Hoy el día está catalogado de exigente. Y vaya que lo es. La subida también es potente,, constante, con collados varios. Pasamos por terreno kárstico y por praderas. Cruzamos la frontera con Montenegro. Estamos en la zona del Maia Kolata, el monte más alto de Montenegro. Las vistas durante toda la ruta son espectaculares. La bajada la hacemos por otro hayedo enooorme. Paramos en una casa-bar (por aquí en cualquier borda te ofrecen bebidas y algo de comer). Encontramos a la familia intentando enderezar la casa, un poco torcida por el peso de la nieve del invierno, utilizando una polea, una especie de polipasto que, como cabía esperar viendo lo rudimentario, no puede hacer su labor. Llegamos a destino. Çerem es una aldea que se ocupa sólo en verano, cuando los pastores suben el ganado a los altos pastos. En la  guesthouse nos tratan fenomenal. Hoy probamos el raki después de la cena. Se supone que tiene unos 20º, pero es muy parecido al orujo, yo diría que tiene que tener más. Mis sensaciones no mejoran, todo el día he sido 
la rémora, la que se queda la última al menor repecho. 


3º dia Çerem-Doberdoll. Hoy el Wikiloc marca 17 km, 1.200 m. de desnivel positivo, unos 600 m. de desnivel negativo. Sigo fatal, es el tercer día, debería haber mejorado físicamente pero yo no lo siento así. Una diarrea no ayuda mucho, hay que decirlo todo. La primera subida pasa por prados floridos, algunos bares. Hay mucho sube baja, mucha ladera herbosa. Seguimos cerca de la frontera con Montenegro. La ruta ya no está tan bien señalizada, es uno de los parajes menos transitados del país. Está lleno de arándanos, nos cruzamos con unas mujeres que están mirando cuándo van a poder recogerlos, van pasando por las diferentes laderas para saber cuándo estarán en su punto. Nos invitan a ir con ellas para probarlos.  Ya de bajada, pasamos la aldea de Balquin, otro asentamiento veraniego de pastores. Llegamos al valle de Doberdoll, Este valle es superchulo, es un asentamiento en altura de pastores seminómadas, aunque parece que va camino de ser un punto importante de aojamientos para los que hacen la ruta, porque hay hasta un camping. Estamos a 1800 m.. Acaban de terminar el edificio en el que nos alojamos, y están haciendo alguno más. En 5 años esto ya no será lo mismo. 

Doberdoll, nuestra habitación está en la chabola de las 3 puertas.

4º dia: Doberdol-Sylbices. Hoy son unos 15 km, 900 m. de desnivel positivo, unos 1.000 m. de desnivel negativo. Eso yo, los demás hacen algo más, porque hoy toca subir el Gjeraviça, monte más alto de Kosovo. Salimos ascendiendo lentamente hacia el fondo del valle. Salvamos una desnivel de 500 m para llegar a un collado y pasar a Kosovo. Yo voy fatal, me cogen todas mis cosas para que pueda terminar el repechón. De ahí al lago Corazón, que tiene ese nombre por razones obvias. De ahí subimos a otro collado desde el que los demás atacarán el Gjieravica, cumbre mas alta de Kosovo Yo bajo a un lago a esperarles, no me la vida. Mientras bajo, me da la gran llorera  Una cosa es que no sea cumbrista, y otra no subir porque no puedes: hoy cada paso cuesta arriba que doy me pesa como un muerto. 

Cómo se llama el lago...

De allí, después de juntarnos, comer y sestear, accedemos a otro collado y de ahí una bajada infernal: casi vertical, pedregosa a ratos, de ladera muy pendiente y herbosa sin sendero marcado en otros momentos. En resumen, una mierda de bajada de mogollón de metros que nos lleva a Sylbices, otro valle de altura. En el alojamiento hay una gran familia, parte de ella ha venido de Francia a pasar el verano. La comunicación se hace más fácil. Perdemos un elemento del grupo. Jesús se tiene que volver a casa por un problema familiar.

Sylbices

5º día:  Sylbices- Bajram Curri. Me levanto pronto y me ofrecen ver como hacen el byrek, especie de empanada (de una verdura algo más fuerte que las espinacas o de queso) y con algo lácteo. Hay que ver la práctica que tiene la mujer para estirar la masa con un palo como de escoba, nada de rodillo. Pone hasta 5 capas de masa-farsa, en nuestro caso de esa especie de espinacas, y lo mete al horno, un horno de fuego bajo de los de antes, de leña. David le dice a la mujer que a Espe no le gusta la cebolla, y hace una pequeña con queso. Eso va a ser parte de nuestro picnic. Hoy toca hacer algo más de 16 km, y 1.000 m de desnivel, tanto en positivo como en negativo. Me decido a hacerlo porque mañana es día de descanso, cambiamos de zona y toca viajar. El primer repecho de unos 200 m de desnivel es tan vertical, que el señor de la casa nos acompaña porque controla mejor que David por dónde ir haciendo zetas (o la más parecido a eso que el terreno permite). Llegamos a casa de una de sus sobrinas, y nos ofrece té. Bendito descanso. Después, y siempre con la experiencia del señor, seguimos subiendo incansablemente. Bueno, eso los demás, yo casi muero otra vez. 

Luego, un buen rato de campas, prados y ladereo muy chulo hasta una canal que hay que superar, pero que se hace fácil, está muy bien trazado. Llegamos hasta los lleva a los pies de Maia Shkelzen, monte sagrado con la tumba de un señor (ver la foto) al que supone que suben hasta los niños. Yo no, me quedo esperándoles al lado de la tumba. Luego bajada larga por pista. Una vez más, David nos busca un transporte para quitarnos montón de kilómetros de pista, En el lugar donde cogemos el jeep, tomamos café y té. No nos quieren cobrar ni dejarles ninguna propina, la verdad es que no puede ser más hospitalaria esta gente. Ya en coche, pasamos por un bosque enorme de castaños fabulosos. Esquivamos unas cuantas tortugas que cruzan la carretera. Después de estos días durmiendo en casas de pastores, hoy toca un hotel en Bajram Curri, capital del municipio de Tropoje, lo más parecido a una ciudad que hemos visto hasta ahora.

Hace calor, mucho calor...

6º día:   Bajam Curri- Radomire. Hoy toca panzada de coche, vamos la zona de Dibër (Dibra), donde está el Korab, la montaña más alta de Albania. Pasamos a Kosovo Paramos primero en Gjakova, que tiene un bazar otomano bastante grande, y una mezquita bastante chula y después en Pizren, histórica ciudad que algunos tildan de la más bonita de Kosovo. No tengo para comparar mucho y deciros si es cierto o no. Pero es bastante monumental,. sí. Hace un calor insoportable, y el resto del viaje se hace pesado. Amelia sufre, pobre, en el monte es una caña, pero el calor no es lo suyo. Nos alojamos en Radomire, pequeño pueblo desde el que parte la ascensión al Korab.


7º día:   Subida al Korab. Había guardado las botas con intención de no volverlas a sacar. Pero el grupo me anima, y cedo. A pesar de los 1.500 m de desnivel. El argumento definitivo me lo da Mireia: se sube y se baja por el mismo sitio, me puedo parar y quedarme donde sea y esperarles. Y no es cuestión de ir de cortarrollos: el grupo me insiste, la voz de mi conciencia (o sea, Espe) expresa casi sin palabras su opinión, y a David le parece casi un reto personal conseguir que llegue a la cima. Así que a sacar las botas otra vez.

Si a las ovejas les vale... 😆😆

Y la verdad es que la subida no es tan dura. Es larga, pero se va haciendo como a escalones, en ningún momento se ve cómo será el siguiente tramo y eso hace que mi cabeza no se alborote en exceso. No ver lo que falta es la clave. Así que poco a poco, parando un rato después de cada repecho y estupendamente acompañada en la zaga por Espe y por Amelia, que van parloteando sin parar para tener mis pensamientos ocupados, conseguí coronar el techo de Albania. Como premio, un hotel en Peshkopi, capital de este condado.


8º día:   Vuelta a Tirana. Y se acaba esta aventura. Volvemos a Tirana, donde cenamos juntos y nos despedimos. Por el camino, vamos viendo un poco más de país. Yo voy tomando nota de todo, aquí se acaba mi aventura con Espe, pero comienzan otros 10 días de turismo con otras 3 amigas que vienen a acompañarme en la segunda parte del periplo. Lo ire´contando.

 

Aquí yo, a punto de morir el 4º día.
En el borrador que he ido escribiendo durante la travesía, puse que después de este viaje se han acabado los trekking para mí, que cuelgo las botas, excepto que vaya con algún club de jubilados no muy montañeros. Aunque ahora no lo veo tan drásticamente, sigo pensando que no estoy para ir con gente que esté mínimamente en forma. Espe dice que todo está en mi cabeza, que físicamente puedo con esto y con más. Tal vez lo difícil sea eso, admitir que me pasa algo y que no sé cómo darle la vuelta. Porque lo físico se entrena, pero ¿qué hago con la cabeza? No tengo claro que vaya a superar esto, sobre todo porque no sé exactamente qué es "esto". 

He dado con un grupo fantástico. A pesar de que todas estaban supercachas, de que podían haber llevado un ritmo mucho más rápido, sobre todo Espe, que no me ha abandonado ni un instante, han asumido mi ritmo como suyo, me han animado a que siga (más de un día me hubiera ido en el jeep con las maletas), se han repartido mi peso, y, sobre todo y básicamente, me han esperado: en cada cuesta arriba, en cada repechón, en cada collado, me han esperado. 

ESKERIK ASKO. GRACIAS. MIL GRACIAS. 


martes, 27 de julio de 2021

ALBANIA


Espe, visto que este año no hay Piris, ¿no haremos algún treking en algún sitio? Trasteando en internet, un treking por Albania se cruza en nuestro camino. No parece que Albania esté mal en términos de coronavirus. Así que Telma y Louise nos ponemos en marcha, y aquí estamos. Haremos un poco de turismo en Tirana, y unas buenas caminatas por los Alpes Dinaricos, al norte de Albania, frontera con Montenegro y Kosovo, y, cambiando de zona, intentaremos subir la montaña más alta de Albania. 

Total, que llegamos muy tarde a Tirana. El vuelo aterrizó a su hora, las 20:40. Pero había que esperar a las maletas. Y como nos mosqueamos con un mensaje raro que nos decía el cajero en el que intentamos sacar dinero mientras esperábamos por ellas, también tuvimos que hacer cola para cambiar dinero. Más demora para pillar el taxi: o el taxista no nos entendía, o no sabía dónde estaba el hotel o algo, porque no hacía más que hablar con los otros taxistas y, nos dio la impresión, preguntarles cosas. Finalmente por 20€ o 2500 leks, tarifa fija, llegamos al hotel. Sanas y salvas, que es mucho decir visto cómo conducen es este país.

El hotel está muy cerca del mercado, así que a esa zona nos dirigió el recepcionista para que pudiéramos cenar algo. Y así comenzamos nuestro periplo albanés.


lunes, 19 de julio de 2021

PIRINEOS 2020-VUELTA AL ANETO

Hace poco me dijo un amigo: Idoia,aspaldi ez duzu ezer ez idatzi blogean. Tenía razón, hace tiempo que no escribo nada. Entre que no he viajado ni hecho ninguna escapada reseñable durante este año de merde, y que he estado perezosa y muy atareada planificando la obra de mi casa, no he tenido la cabeza ni la motivación para escribir.  Entré en el blog, y encontré el borrador de la travesía de Pirineos del año pasado. Realmente, he tenido el blog muy abandonado, tan abandonado que lo que escribí pensando en publicarlo rápidamente se ha quedado en el limbo. A fecha de hoy, ya sabemos que este año no va a haber travesía, así que sirva esta minientrada de homenaje al equipo organizador. Eskerrik asko Paco, Anna, María, Ferrán. Esperemos que el 2022 nos vuelva a reunir por los montes.

Al fondo, el Aneto

"Con mucha incertidumbre, pero al final Paco consiguió que nuestra tradicional travesía veraniega por Pirineos se hiciera realidad. 
Todavía 3 días antes nos anularon un refugio situado en la vertiente francesa (no admitimos españoles). Cabrones.
La ruta fue la vuelta al Aneto, ruta pensada en homenaje a Agus Castells (hermano de Concha, compañero de aventuras de Paco, marido de Rakel).
Fue una ruta variada, en la que fuimos pasando por los distintos Pirineos que conocemos: prados, rocas, abetos, zonas más amables, otras más agrestes. Incluyó un percance el primer día: Bego Bidarte tuvo una caída tonta, y se rompió el húmero. Tuvo que retirarse.
La organización impecable, como siempre. Esperemos retomar la travesía el próximo año."

Y como me apetecía hacer algo parecido, he hecho plan para un treking por Albania, entrando un poco en Kosovo y Montenegro. Siguientes noticias desde allí. Telma y Louise cabagan de nuevo.