domingo, 23 de julio de 2017

¡Y NOS VAMOS!


Ahora sí. Después de unos días en Skardu, uno de ellos de reposo ya que mis compañeros de viaje tuvieron a bien (?) indisponerse, comenzamos nuestro trekking. Un día en jeep por una carretera de cuarta nos llevará al principio del trekking.
Ha pasado el guía a revisarnos el material: saco, botas, polainas, ropa... Hemos suoerado la prueba. No estaba muy convencido cuando le he dicho que no tenía un plumas, le he tenido que enseñar todas las capas que llevo para ponerme una encima de la otra. Hasta que no ha visto la camiseta de forro polar no se ha quedado tranquilo.
Serán 15 días de travesía, estaré incomunicada. Ya sabéis: no news, goods news.




viernes, 21 de julio de 2017

SKARDU Y VALLE DE SHIGAR

A pesar del accidentado comienzo, hemos tenido suerte. Hemos conseguido hacer lo que por carretera hubieran sido dos largos días en un trayecto de tres cuartos de hora de avión. Para que os hagáis una idea del concepto carretera. No debe ser lo habitual, las condiciones atmosféricas, sobre todo en el lugar del aterrizaje, lo impoden a menudo.

Valle del Shigar

Y así llegamos al Valle de Skardu y a la localidad homónima. Cuando ves el valle desde el avión resulta impresionante. Lo atraviesa el río Indo, que es ¡enooorme! Ancho, caudaloso, de ese color gris azulado de los ríos de deshielo, y flanqueado por montañas que superan los 4000 m.


La localidad, capital de la región Gilgil-Baltistan, es populosa. Debe sobrepasar los 200.000 habitantes, aunque no lo aparenta. Lo que se ve son hileras de bajeras con todo tipo de tiendas y puestos, alguna de ellas con un piso superior, y pocas casas de 2 o 3 pisos. El tráfico es un caos, y el polvo se mastica.

Lugareño típico.

El Valle de Sighar, nombre de un afluente del Indo el como el de Skardu pero algo menos colosal. En sus márgenes se extienden plantaciones, huertas y trabajadas terrazas de cultivo: maiz, trigo, patatas y muchos frutales, sobre todo albérchigos. Y moras, pero que salen en unos árboles tamaño castaño. Están recogiendo el trigo, y en los tejados de muchas casas ponen los albérchigos a secar.


Somos la atracción de la zona. No parece que los pocos turistas que vienen por aquí se paseen por la calle. Héctor por lo rubio, y yo, no sé si por la pinta o por osar pasearme por la calle, somos el centro de todas las miradas. Miran descaradamente, no se cortan un pelo. Se paran a saludar, a dar la mano, a preguntar... a los chicos, yo como si fuera transparente. Hoy, viernes, día de fiesta para los musulmanes, no había ni una sola mujer por la calle. Todos los hombres estaban en la mezquita, y desconozco dónde estaban ellas. Lo que sé es que me han pedido que pase por la acera más lejana a la entrada a la mezquita. Cielos, ¡qué ganas tengo de ir al monte para ser persona!

miércoles, 19 de julio de 2017

UN COMIENZO ALGO ESTRESANTE...

Y no sabía yo bien de lo que hablaba cuando dije que estaba preparada para la avetura. Y sin salir de Bilbao.
La cosa es que viajamos dos adultos con el hijo de otros amigos, Héctor, menor de edad.
Héctor and family pasaban a recogerme primero a mí y después a Natxo. Intención: llegar con dos horas al aeropuerto para andar tranquilos, no fuera que hubiera problemas con los papeles del menor.
Segun estamos recogiendo a Natxo, se dan cuenta que se han olvidado una mochila. ¡En Vitoria!
Nos dejan en el aeropuerto y se van zumbando para casa. Mientras, facturamos, hacemos tiempo para pasar elcontrol de seguridad... -¿Cómo vais? ¿Dónde estáis?- -Que no llegamos antes de las 12:45-... Y el avión tenía que salir a las 12:55 ¡Imposible! 
Hablamos con los del control de seguridad. Ninguna forma de que nos pasem la mochila sin salir uno de nostros. Hablamos con las azafatas del embarque. Nos pueden esperar hasta menos cuarto, pero no más. Vértigo, hay que apurar mucho...
-Que ya estamos a cinco minutos, ya llegamos. Nos vemos en la puerta de entrada.- Le digo a la del embarque que voy y vuelvo en 5 minutos, pero que me garantice que me esperan, claro.
Salgo corriendo, bajo a la puerta 4, cruzo lo de equipajes, salgo a la calle. ¡No están! ¡Ah! Que hemos dicho en la puerta de Salidas. Corro. -¿Por dónde se sube?- -Por el ascensor-. ¡No les veo! Son y 46, tengo que vover a entrar. Paso la primera puerta, donde te controlan la tarjeta de embarque. Falla Vuelvo a probar. Vuelve a fallar. De pronto me inspiro: -Es que ya había entrado antes..- -Vale, pasa-  Y suelta la cinta. -Idoia, que ya estamos.- -Dile a Imanol que corra hacia la derecha, hacia el control de seguridad-. -No le veo, Fuen, tengo que entrar, no puedo esperar más...-  -¡Ya le veo!- Cuelgo. -¡Imanol! Corre, pásame la mochila- Ni me despido. Voy al control al grito de: ¡esto es una emergencia, mi avión sale en dos minutos!. Siempre hay alguien que contesta: el nuestro también. Mirada asesina y un Calla, no tienes ni idea de lo que estás hablando, no tengo tiempo para más. Paso sin problemas, la gente suele ser mayoritariamente maja, sigo coriendo, y llego a meta!!! Todavía no había entrado el último pasajero. Hacía tiempo que no vivía una situación tan crítica. Y Natxo, mientras, frito.
Cometario de la azafata del embarque: ¿por qué siempre tienen que ser las madres las que arreglen las cosas? Pobre, si supiera que ni madre, ni padre ni espíritu santo....


Y aquí nos veis, al matrimonio de mediana edad y a la criatura, recién llegados a Skardu, sin parar en Islamabad. Nos ha venido mejor así, pero más de 24 horas sin salir de aviones o aeropuertos. Estamos molidos. Mañana empieza la verdadera aventura, ¡sólo espero que sea más relajada!

martes, 18 de julio de 2017

DOLOMITAS II

El 1º de los refugios. Lagazuoi, a 2752 m
Lo dicho. Seis días de travesía por Dolomtas. Conseguí organizar la mochila con un peso más que razonable, y he andado estupendamente.
Dolomitas es una es una buena zona para andar. Exceptuando el inconveniente de los grandes repechos, es una zona variada, amplia, bien señalizada y mejor equipada en los tramos donde hace falta algo de ayuda: pasamanos, puentes, túneles y troncos convenientemente colocados para facilitar la caminata. Hemos ido con guía, pero hemos llegado a la conclusión de que no es necesario: con las señalizaciones y un buen mapa te puedes arreglar. Y si tienes GPS con sus correspondientes tracks, entonces sí que no hay problema.

Entrada a una galería, a unos 2700 m.
Ls primeros días los amables italianos se dedicaron a atronar el espacio aéreo con cazas ultrasónicos haciendo piruetas de dos en dose inumerables viajes de helicópteros panzudos, de esos que relacionamos siempre con los yanquis y Vietnam. Algo ada bucóco y que enturbia sobremanera la paz del caminante. Aunque era digno de ver. Sin estelas de colores. A pelo.

El grupo al completo, más uno.
Una curiosidad es el tema de las cruces. Sí, aquí también ponemos cruces en las cimas de los montes. Pero es que allí las ponen con Jesucristo incluido, y qué queréis, me ha llamado poderosamente la atención.


Dependiendo de la zona, te encuentras innumerables restos de la 1ª Guerra Mundial: trincheras, muros, túneles y galerías para asomarse desde la altura... Increíble que el frente de guerra se desarrollase a esas alturas.En muchos refugios y cimas tienen objetos de la época a modo de exposición o escultura: latas, bidones, obuses..


Los refugios merecen una mención especial: algunos son casi hoteles/restaurantes, dependiendo de lo cerca que tengan algún telesilla o remonte mecánico. Todos tienen cerveza de caña de diferentes tipos, te atienden con amabilidad y sonrisas (igual igual que en los de Pirineos, sí sí...), y tiene unas buenas instalaciones para dejar las botas, colgar la colada... algunos incluso tenían secador! Paso a enumerar los que hemos estado:
Lagazuoi: estupendas vistas, buen desayuno, wifi, duchas de pago (3,5€ por 25 l de agua)
Fanes: casi un hotel, buenas instalaciones, buen desayuno
Sennes: buenas instalaciones, buena comida
Vallandro: espectaculares vistas, la cena y el desayuno correctos, sin más.
Locatelli: frente a las Tre Cime di Lavadero, emblema de Dolomitas, el más parecido a lo que entendemos por refugio, con instalaciones viejas y de batalla, el desayuno un poco pobre, sólo hay una ducha, de pago (5€ por 5 minutos)


Total, seis estupendos días de montaña, que me han servido para entrenar y ponerme en forma. Y disfrutando. ¡Dispuesta para mi siguiente aventura!

domingo, 9 de julio de 2017

DOLOMITAS I

Tre Cime di Lavaredo

Sin perder tiempo, he comenzado mi periplo vacacional. Este sño toca monte, mucho monte.
Para empezar, una travesía de 6 días por Dolomitas, los Alpes italianos. He venido con dos amigos, la parte del Equipo A a los que las diversas circunstancias no han impedido venir. Los tres nos hemos unido a otras dos mujeres para formar un grupo variopinto, al cargo de un guía. La experiencia ha sido cuando menos extraña. Como no había manera de que esas mujeres mantuvieran un ritmo a la hora de caminar, y visto que el guía no hacía por acompasar nuestro ritmo al de ellas (ni lo contrario) hemos optado por ir a nuestra bola, adelantándonos y siguiendo las rutas que están estupendamente señalizadas. Así, Jose y Adrian llegaban a los sitios los primeros, yo normalmente por detrás, unos 15-20 minutos más tarde dependiendo del repecho final, y ellas, con el guía, hasta dos horas más tarde. Pero sin mal rollo, todo con mucha naturalidad.


Las Dolomitas son muy diferentes del resto de los Alpes: en la composición de las rocas (aquí predomina una roca sedimenaria llamada dolomía, de ahí el nombre), y en su orografía. Es como si un gigante hubiera estado jugando a los dados sobre unas amplísimas llanuras, y los hubiera dejado tirados por aqui y por allí, de tal forma que los diferentes macizos, aquí llamados grupo de tal monte, grupo de tal otro, se elevan aislados sobre valles cubiertos de bosques (alerces, abetos y diferentes variedades de pinos, entre ellos el cembra, que es poco usual fuera de aquí) y prados. Aqui la franga de vegetación asciende hasta 2400 m.
Espectacular. Aunque todo tiene su lado negativo: los desniveles se acumulan en repechos de 400 ó 500 m. sin tregua, tanto en ascenso como en descenso. Las subidas y bajadas tendidas escasean.


Y no he estrenado el supergoretex que me regalasteis, hemos tenido una suerte bárbara con el tiempo, y eso que el pronóstico no era muy halagüeño. Espero no haber gastado todos los primis...