sábado, 31 de agosto de 2019

LOS LAGOS: BLED Y BOHINJ

Lago Bled

Bled es LA postal de Eslovenia. Un lago turquesa con una iglesia sobre un islaote en medio y un castillo en un acantilado. En el s. XVIII el dueño del csstillo valoró desecarlo para aprovechar la arcilla para hacer ladrillo. Un visionario, vamos. Menos mal que un médico suizo tuvo mejor visión, abrió unos baños medicinales, y hasta hoy. No hay centímetro de la orilla del lago sin explotar: clubes de remo, servicios hosteleros, urbanizaciones... Pero a pesar de lo turístico, es una visita obligada. Es muy chulo, y muy agradable de pasear. Lo que es Bled pueblo ni mencionarlo, nada que merezca la pena.


En el libro de rutas que compramos Espe y yo en nuestro primer intento de venir a los Alpes Julianos recomiendan una ruta que pasa por lo que los autores denominan el mejor mirador sobre el lago, Mala Osojnica. Estuve estudiando las opciones, y di con una opción circular que permitía pasar por dos miradores sin hacer mucho desnivel. Consiste en seguir las indicaciones a Osojnica, y luego seguir al siguiente mirador. En los planos que te dan se ve la opción circular. Si lo haces así, te toca bajar ese tramo de escaleras, no subirlo. Toda la ruta va por bosque, y de vez en cuando se vislumbra el lago.  Super.


Total, que allí fuimos. M José consintió en hacer la ruta un poco a regañadientes. El desnivel fue mayor del esperado, habida cuenta de nos equivocamos en un cruce y acabamos subiendo un monte, Velika Osjnica,730 m. Teníais que escuchar a M José diciendo que le dejara escribir en el blog, que en el trío buena sólo era una (ella, claro), y que quién le mandó hacerme caso.

Lago Bohinj.

Después, fuimos a la isla en una embarcación tradicional de remos que el barquero conduce de pies, es muy curioso ver cómo reman. El viaje sale un poco caro (15 €/pax) pero es una experiencia.
A la tarde cambiamos de lago. El lago Bohinj no tiene nada que ver con el de Bled. Es más natural, más agreste, no está urbanizado y la gente va allí a practicar deportes varios. En su orilla se encuentra la iglesia, San Juan Bautista a lo mejor habría que llamarle ermita si no tuviera un gran campanario. Es pequeña pero alberga unos bonitos frescos. Se puede pagar sólo por la iglesia, o 5 € si además quieres subir al campanario. No lo sabíamos, pero desde allí, si no está nublado, se ve el Triglav. Es lo más cerca que he estado del dichoso monte, y eso que era uno de mis objetivos.


Nos alojamos muy cerca de Bled, en Koritmo. Apartamentos BioFit, fácilmente encontrable en Internet. Estuvimos superagusto. La dueña es majísima. Como hay que presentar siempre los carnés, se dio cuenta de que era el cumpleaños de Eva y le regaló una tableta de chocolate. Un detalle. Y acertó de pleno.


Además, nos explicó donde aparcar lo suficientemente cerca del lago Bled pero sin tener que pagar, que le cogimos vicio a eso de no pagar el parking. A 5 minutos del lago, un poco cuesta arriba a la vuelta, está la estación de tren de Bled. Y sitio para aparcar sin problemas. Cualquier otro sitio más cerca sale a 3 € la hora.
Vistas desde el balcón.

Este día me quedó la única pena que he tenido en todo el viaje. El plan abarcaba una ruta por la tarde a las cascadas Savica, que entra un poco al Parque Nacional del Triglav por el sur, por el oeste del lago Bohinj. Pero la climatología adversa y que M José se dejó el móvil en la isla del lago Bled y que tuvimos que esperar a que el amable barquero lo rescatara impidieron la incursión.

jueves, 29 de agosto de 2019

CAMINO A LAS MONTAÑAS


Skofja Loka (prado del obispo en esloveno) es una pequeña localidad declarada monumento histórico en 1987. Es una de las que más nos ha gustado. No tiene ningún edificio espectacular ni especial, aparte del castillo, claro, pero en conjunto resulta muy evocador. Otra vez nos encontramos con eslovenos samaritanos. Nos vieron al lado de la máquina del parking, intentando descifrar el sistema de horarios y pago, y se acercaron amablemente a explicarnos que podíamos sacar un ticket gratis de 2 horas, y volver las veces que quisiéramos a poner más. Muy majos estos eslovenos, sí, a lo que se ve no les gusta pagar parking.


Después de parar en Skofja Loka, segimos camino a Bled, nuestro siguiente destino. Esta jornada era el cumple de Eva, y decidimos celebrarlo comiendo en un buen establecimiento. Nos invitaba Eva. Elegimos una Gostilna (posada en esloveno, aunque corresponde a pequeños restaurantes locales) al borde del lago Bled. Nos dimos un buen homenaje. Eskerrik asko, Eva.


Para bajar la comida, decidimos ir a la garganta de Vintgar. Flipamos. Yo ya he estado en más gargantas, suelen tener bonitos paseos a la vera del río, más o menos cerca, con puentecitos, pasarelas... Vamos, lo que cualquiera se puede imaginar.



Pues no. Superó todas las expectativas. El río era profundo, las pozas parecían piscinas, el caudal era ingente. Además, no sé si por el calor, la diferencia de temperatura entre el agua y el ambiente, el exceso de humedad o lo que fuera, sobre el agua se asentaba una especie de aura neblinosa que le confería un aire fantasmagórico difícil de describir. Espero que las fotos hagan un poco de justicia.


Eso sí, pagas la entrada, 10 € cada una, y pagas el parking, 5 € el coche. Aquí no hay escaqueo posible.

miércoles, 28 de agosto de 2019

NORESTE

Ptuj

Utilizamos Celje como base para explorar el noreste. Nuestro primer objetivo es Ptuj, una de las ciudades más antiguas de .
Arte en el castillo de Ptuj
Eslovenia. Es un pueblo con mucho encanto, un castillo y, duranto nuestra visita, mucho arte por la calle. Lo más característico de Ptuj son sus csrnavales, una fiesta que se remonta a tiempos de los primeros eslavos. Sus personajes nos han recordado mucho a los de los carnavales rurales, especialmente a los zanpantzar.




De Ptuj nos dirigimos hacia el norte, en busca de unos molinos fluviales flotantes de la zona de Prekmurje. Además, es una zona vinícola y quisimos ir por carreteras secundarias para poder apreciar mejor el paisaje y el paisanaje. Pero nada de viñedos, sólo vimos una pequeñas parcelas, debe ser que no encontramos la zona exacta. Pero vimos garzas, cigüeñas, algún cervatillo... Disfrutamos de la carretera.

Nos costó mucho encontrar los molinos. Pero mereció la pena. El que de Veržej aún funciona y venden harina. Había un señor bastante mayor por allí que no explica nada, pero que te cobra 1€ por que lo puedas ver por dentro. No se ve gran cosa. Si el euro vale para que pueda mantener el molino, bien pagado está. A pesar de venir en las guías y en los mapas turísticos que te proporcionan en las oficinas de información, no parecía que reciba ninguna ayuda.

De vuelta, teniamos que elegir entre entrar a Maribor o ver Celje en condiciones. Elegimos lo segundo. Por lo que habíamos leído en las guías (3 personas, 3 guías diferentes, a veces una locura informativa) tampoco es gran cosa. Al día siguiente recibimos desde varias fuentes un artículo de El País Viajero donde la ponía como "una ciudad de cuento". En fin, siempre hay que dejar algo para la siguiente vez.

Castillo de Celje
Celje es una ciudad pequeña, con un pequeño casco antiguo, una buena arquitectura y un fantástico castillo. Cómo no, los hay por todas partes. Fuimos primero al castillo, y después paseamos tranquilamente por sus calles.


Nos alojamos en los Apartamentos Fazaric, estupendamente situados, y, como ya os he comentado, con un dueño majísimo que me explicó cómo podía aparcar en un parking de pago, pero sin pagar. La caña. Sólo tiene una pega. La persona que va a limpiar el bar de enfrente pone la música a tope a ¡las 6:30 de la mañana!

sábado, 24 de agosto de 2019

CAMINO DEL NORESTE

Entrando a Logarska Dolina
Hemos hecho un descubrimiento. Camino de nuestro siguiente
destino, el noreste del país, fuimos viendo enormes campos de maiz. Pero a la vez veíamos un extraño cultivo, más alto que las plantas de vainas, por poner un ejemplo, y con una manera de dirigirlas muy rara. Por fin, pudimos parar cerca de una de las plantaciones. Era lúpulo. No había visto nunca la planta, ni la extraña forma que tiene de cultivarla, ya que es una planta trepadora. Después, hemos visto mogollón por toda la zona.


Lo dicho. Camino del noreste teníamos dos paradas planificadas. La primera, un valle (dolina); y la segunda, unas ruinas romanas.
Logarska Dolina es un valle glaciar. En la zona hay otros dos, paralelos todos, verdaderas joyas naturalísticas los tres. Como no estaba el día para caminar mucho, elegimos el de Logarska Dolina porque se puede entrar en coche casi hasta el final, donde hay una cascada. Si entras con el coche (hay que pagar 7€) el paseo hasta la cascada son 10 minutos. Es guapa. Y caía agua. No lo pensaba, siendo agosto. Cuando aparcamos empezó a llover como si no hubiera un mañana.  Allí aguantamos, como unas campeonas, tomando un café en un bareto, hasta que escampó.

Eso que se ve es un bar.
Las ruinas romanas de Šempeter no son exactamente eso. Consisten en una serie de monumentos funerarios que fueron arrasteados desde su sitio original en una gran riada en el siglo III, y acabaron donde están ahora. Para haceros una idea de la riada, cambió el curso del río, el Sabinja, el mismo de la cascada. No son muchos monumentos, pero algunos son muy chulos, trabajados. Y por 5€ merece la pena.


Cuando llegamos a Celje casi nos da un mal, el hombre no encontraba nuestra reserva, y cuando la encontró resulta que la había hecho yo mal y era para dos. Pero lo solucionó con mucha amabilidad. Keep calm, me decía, cada vez que intentaba aportar algo mientras duró todo el proceso. Cómo explicarle que soy así, que hablo alto y rápido hasta cuando estoy tranquila.

Las vistas desde la ventana del apartamento.

LJUBLJANA


Léase Liubliana: la j se pronuncia como una i. En circunstancias normales será, porque en mi master de esloveno todavía no me han aclarado cómo se pronuncia si va precedido o seguido por una i, como en Idrija, que es un pueblo, o štrukji, que es un pastel. Si alguien lo sabe que me lo aclare, por favor
Es mi segunda vez en la capital eslovena. Aunque casi como si fuera la primera, mi cerebro de pez no da para mucho.


Me acordaba del hostel, el Celica, muy recomendable, y sabía que les iba a gustar a M José y Eva. En el pie de foto os dejo lo que escribí en su día. Hoy os puedo decir que tiene un estupendo desayuno buffet por 4 €. Y que en los 5 años que han pasado desde la primera vez ha crecido al lado un complejo museístico que alberga el Museo deArte Contemporáneo, con una plaza amplia que acoge un cine al aire libre, y espacios varios donde se desarrollan múltiples actividades culturales.

Septiembre/2014
Volví al castillo. Me acordaba de él, aunque le colocaba los jardines del de Zagreb. Si es que si viajas a veces se te hace todo un poco lio. Vimos una fantástica exposición de Alan Hranitelj, diseñador de moda especializado en atrezzo para teatro y ópera. Una pasada. Por los diseños del tal Alan, y por el propio diseño expositivo. Lo que no recordaba era la escalera para subir a la torre, una escalera de caracol doble, esto es, unos suben mientras otros bajan, en sendas escaleras que van el paralelo. Un flipe.

La Biblioteca, edificio de Pležnik.
También  hicimos una breve incursión a dos barrios un poco alejados., Trnovo y Krakovo. Barrios tramquilos, de casitas individuales, casi todas con huertas cuyos productos acaban en el mercado de la ciudad. Allí vimos las antiguas murallas y la casa de Pležnik, visita esta última altamente recomendable, si te gusta un poco la arquitectura, claro.

La muralla con un "toque" de Pležnik
La visita al parque Tivoli me resultó un poco decepcionante. Como parque está fenomenal, pero habíamos leído sobre el paseo diseñado por Pležnik, y allá que fuimos. No sé, quitando las farolas, que eran chulas, lo otro me resultó bastante anodino. No sé qué me esperaba, la verdad.


Debe ser una ciudad dog friendly de esas. Hay mogollón de gente con perro, muchos guiris. La manera de saber si una fuente es de agua potable, en el caso de que no lo ponga, es fijarte en si tiene cuenco para ellos. Eso sí, bien atado, na vaya a ser que lo roben. También lo tengo que decir: no hemos visto casi ninguna cagada en el suelo.


Total, que dos días completos en Ljubljana. Suficiente y casi de sobra, porque también entramos en algún museo. Los hay, muchos y diversos. Si se está más, o engras en todos, o se puede compaginar con visitas a los alrededores. Si no, empiezas a repetir calles, zonas y bares.





lunes, 19 de agosto de 2019

TRES ERAN TRES


No, no somos hijas de Elena. Somos cada una de una madre pero bien avenidas. Y buenas, claro, las tres.
Aquí estamos, de viaje, en Eslovenia, después de dos largos días de coche. Las caravanas han hecho que el viaje fuera un poco más largo de lo planificado. Pero hemos llegado. A la hora en que escribo esto ya llevamos un día en Ljubljana. Ya os iré contando.

Mercado de Antibes.

Durante el viaje, más o menos a medio camino, paramos a hacer noche en Antibes. Teníamos que haber llegado alrededor de las 6, me habían dicho que era bonito, y queríamos llegar a tiempo de dar un paseo, y tomar algo antes de cenar. Nada parecido a lo que fue. Las caravanas, casi siempre inexplicables, hicieron que llegáramos a las 9. Así que cenar y a la cama. Menos mal que al día siguiente dimos con un mercado y una taberna muy acogedora para desayunar. Recomiendo el pueblo, en la bteve vuelta que dimos en coche buscando sitio para aparcar nos pareció que merece mucho la pena.


Nos quedan casi dos semanas por delante para conocer Eslovenia. Creo que el país promete. Veremos si cumple.

lunes, 12 de agosto de 2019

PIRINEOS 2019: CAPCIR



Capcir es una comarca situada en el sur de Francia, en el departamento de Pirineos Orientales, en la región de Occitania. Hasta la firma del Tratado de los Pirineos formó parte de Cataluña, y más concretamente del condado de Cerdaña. Limita al norte con los departamentos de Aude y Ariège. Está situada al nordeste de la Cerdanya, al noroeste del Conflent. El río Aude la riega de sur a norte. Es ese Pirineos de roca, pinos, abetos y lagos que nos encanta. Mantiene cierto poso lingüístico y cultural catalán a pesar de la prohibición de dicha lengua en documentos oficiales so pena de invalidar el contenido impuesta por Luis XIV, El Rey Sol.

Por allí hemos andado este año, 5 días de caminata que empiezan y acaban en Merens les Vals. Hemos batido todos los records: 22 personas caminando, 4 personas (el equipo de siempre) en la intendencia. Pero todo ha fluido bien, la aglomeración no ha provocado el mínimo roce.


El primer día, a menos de 30 minutos del comienzo, encontramos unas piscinas naturales sulfurosas. Nadie hizo el mínimo amago de meterse, por lo visto en el monte una sólo se puede bañar en aguas gélidas. Para ser el primero, fue potente. 1200 m de desnivel, y mochila para dos días porque la furgoneta de la intendencia no llegaba hasta el refugio. Pero se hizo llevadero porque cada dos por tres había algún lago o poza donde quien quisiera aprovechara la ocasión para darse un baño. En agua fría, por supuesto.


El segundo día nos dio tiempo justo justo para llegar a un collado y terminar la única subida del día antes de que empezara una incesante, pertinaz e intensa lluvia que nos acompañó casi todo el resto de la jornada. Así que pasamos de subir una cumbre optativa que entraba en el plan y paramos sólo 10 minutos para comer algo rápido con el objetivo de llegar al siguiente alojamiento lo antes posible. Menos mal que era un hotel, con habitaciones para cada 3 y un baño en cada habitación. Así y todo, nos las vimos y nos las deseamos para que se secaran las cosas, sobre todo las botas, para el día siguiente. La intendencia acudió al rescate con una caja llena de periódicos que ayudaron bastante. Si es que están en todo...


Al día siguiente amaneció espléndido. Reanudamos la marcha. Primero parada al lado de un precioso lago. Nadie movió un dedo por bañarse esta vez. Hacía un frío que pelaba. Con deciros que me cambié y me puse los pantalones largos y casi toda la ropa que llevaba en la mochila... Y a falta de guantes, que se quedaron en casa (un fallo técnico lo tiene cualquiera) guardé los palos y caminé con las manos en los bolsillos.

Se ve a la gente muy abrigada. Y sí, Doña Rogelia viajaba con nosotros...
Al refugio del tercer día tampoco llegaba la furgoneta. Pero esta vez no nos dieron la consabida bolsa de picnic en el refugio, no. Mucho mejor. De camino pasamos por una zona cercana a un aparcamiento, y a la vera de un río, con cervezas frescas y un picnic de un nivel que no os podéis imaginar, nos esperaban Ana y María, todo detalle y eficacia. Hay cosas que son impagables.


Ese día pasamos por la Reserva Nacional de la Fauna de Orlu. Vimos algunos rebecos desde el refugio, y algunos vieron marmotas. Yo no tuve esa suerte. La verdad es que desde el aparcamiento mencionado, y sin gran esfuerzo, se llega a una amplia zona de praderas perfectas para el dominguerismo. Fue el día que más gente vimos. Obvio.


El último día la ruta transcurrió por un bosque. Algunos se dedicaron a la recolección de setas. En la Gite de Etape en la que nos alojamos tanto el día de llegar como este último nos dejaron usar la cocina para que nuestro experto setero nos preparara una pequeña degustación. Y, justo antes de acabar, vimos un desvío que señalaba las piscinas sulfurosas. Parte del grupo no nos lo pensamos y allí fuimos. Una estupenda manera de acabar. Calentitos y relajados.

Aquí estamos, la tropa al completo.


domingo, 11 de agosto de 2019

MONCAYO


Visto que este blog va camino de convertirse en mi memoria, procedo a relatar el fin de semana que pasamos en la zona del Moncayo. Con bastante retraso, allá por mediados de junio. Así puedo mantener el orden cronológico y contaros después mi anual semanita de monte.

Lo dicho. Un viernes 14 de junio pusimos rumbo a San Martín de la Virgen del Moncayo, ahí es nada el nombrecito del pueblo. Me sorprendió. Es pequeño, pero tiene bares, tiendas y varias opciones de alojamiento.  El objetivo era, además de pasar el finde en buena compañía, subir el Moncayo. De una tacada subes el monte más alto de Zaragoza y de Soria. Dos por uno.


Si buscáis la altura del Moncayo, sale que tiene 2314,30 m. Es la primera vez que veo que den la altura de un monte con decimales, será importante para los lugareños, digo yo. Se sale desde 1570. Hay un parking y más adelante está el Santuario del Moncayo, nombre de un viejo albergue ahora cerrado. A su lado han construido uno nuevo, lo que permite tomarte la merecida cerveza al acabar la ruta. La subida es pendiente pero mantenida y muy bien trazada. El final. un paseo por una suave loma. Nos cruzamos con mucha gente. La bajada la hicimos prácticamente solos, porque bordeamos el circo glaciar casi hasta el otro extremo y bajamos por un bosque superguapo. Total: 7 horas a la intemperie, 3,5 en movimiento. Está claro que nos lo tomamos con calma. O que Wikiloc nos toma el pelo, todo puede ser. Unos 16 km. Un excelente día.


Como ese sábado se constituían los ayuntamientos, no vinieron Jon y Bittori, que son asiduos a esta salida. Tampoco Mikel, que últimamente nos tiene abandonados. En las sobremesas, desde cháchara vanal hasta sesudo análisis político. Para que lo último hubiera sido más ameno y provechoso nos faltaron dos importantes elementos. Mikel, Jon, gogoan izan zaituztegu.

Sala de armas del Monasterio de Veruela.

Rematamos el fin de semana haciendo turismo por la zona, no todo va a ser monte. Cerca está el Monasterio de Veruela, cuya iglesia tiene tamaño catedral porque fue concebida como mausoleo para los reyes aragoneses, aunque nunca cumplió el objetivo. Una visita muy recomendable. Y Tarazona. Situada a caballo entre los reinos de Castilla, Aragón y Navarra, fue un enclave estratégico de gran importancia, y eso se ve en su casco antiguo. Otra visita recomendable.

Tarazona: su antiguay curiosa plaza de toros .
Creo haber comentado alguna vez que los que vamos con botas al monte estamos en peligro de extinción. A lo mejor no. Esta vez casi todas las personas que nos hemos cruzado las llevaban. A lo mejor es que en esa zona está la reserva natural del montañero clásico. O que la moda de correr no ha llegado hasta allí. Quién sabe.