jueves, 29 de agosto de 2019

CAMINO A LAS MONTAÑAS


Skofja Loka (prado del obispo en esloveno) es una pequeña localidad declarada monumento histórico en 1987. Es una de las que más nos ha gustado. No tiene ningún edificio espectacular ni especial, aparte del castillo, claro, pero en conjunto resulta muy evocador. Otra vez nos encontramos con eslovenos samaritanos. Nos vieron al lado de la máquina del parking, intentando descifrar el sistema de horarios y pago, y se acercaron amablemente a explicarnos que podíamos sacar un ticket gratis de 2 horas, y volver las veces que quisiéramos a poner más. Muy majos estos eslovenos, sí, a lo que se ve no les gusta pagar parking.


Después de parar en Skofja Loka, segimos camino a Bled, nuestro siguiente destino. Esta jornada era el cumple de Eva, y decidimos celebrarlo comiendo en un buen establecimiento. Nos invitaba Eva. Elegimos una Gostilna (posada en esloveno, aunque corresponde a pequeños restaurantes locales) al borde del lago Bled. Nos dimos un buen homenaje. Eskerrik asko, Eva.


Para bajar la comida, decidimos ir a la garganta de Vintgar. Flipamos. Yo ya he estado en más gargantas, suelen tener bonitos paseos a la vera del río, más o menos cerca, con puentecitos, pasarelas... Vamos, lo que cualquiera se puede imaginar.



Pues no. Superó todas las expectativas. El río era profundo, las pozas parecían piscinas, el caudal era ingente. Además, no sé si por el calor, la diferencia de temperatura entre el agua y el ambiente, el exceso de humedad o lo que fuera, sobre el agua se asentaba una especie de aura neblinosa que le confería un aire fantasmagórico difícil de describir. Espero que las fotos hagan un poco de justicia.


Eso sí, pagas la entrada, 10 € cada una, y pagas el parking, 5 € el coche. Aquí no hay escaqueo posible.

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