jueves, 12 de febrero de 2015

ABEL TASMAN TRACK


Pues sí que se puede ir a más. O a tanto, por lo menos. Es verdad que esta ruta es difícilmente comparable con la del Tongariro. Aquella fue montaña, con niebla, frío, impresionante pero exigente. La de hoy ha sido más un paseo con un poco de desnivel, largo (24 km), costero, con un sol estupendo, salpicado de vistas al mar y playas en las que darse un baño. Y a la sombra la mayor parte del tiempo. ¡Una pasada!

Aquí baño.
Hemos ido en coche al principio de la ruta, una de las 9 Great Walk que hay en este país, rutas señalizadas catalogadas como las mejores. Si las quieres hacer completas hay que apuntarse (y pagar) con mucha antelación. Pero si sólo andas un día sin pasar noche, no hay problema. La del Tongariro también fue una parte de otra Great Walk.

¡No me puse al volante porque me dio corte navegar en secano!
El caso es que vamos al parcamiento, y allí, allí, sí en el mismo aparcamieto, coges un barco que te lleve a donde tú quieras. Eva y yo hemos decidido hacer en un día lo que aquí recomiendan hacer en dos. ¿Somos o no somos vascas?


Una vez en el mar, casi una hora de barco a nuestro destino, y a partir de allí a flipar y a disfrutar. Un par de horas de andar: hamaiketako y bañito en la playa. Otro par de horas más: baño, bocata, siesta. Otro par de horas, más baño....

Esta nos la saltamos.
También hay desvíos, uno a una pozas en un río. Pero... ¿quién quiere bañarse en un río frío pudiendo bañarse en un mar estupendo? Vale... Espe, Concha, yo también sé la respuesta, pero yo no comparto esa afición.

Cuando la marea baja, baja de verdad. Dicen que hay más de 6 m. de diferencia.
Un estrés, vamos. Y al final, cañita

Cansada. Feliz. ¿Qué más se puede pedir?

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