Estoy de nuevo en marcha, sí. Esta vez de trekking, a sufrir un poco cuesta arriba cargada con una buena mochila. Cambio de compañía, voy con Ortueta, no sé si se dejará hacer algún selfie para presentároslo... Bueno, qué bobada, la mayoría ya le conocéis.
La cosa es que camino de Katmandú, Nepal, hemos hecho escala en Estambul, y la Turkish, amablemente, nos ha puesto hotel porque teníamos montonazo de horas entre vuelo y vuelo, incluyendo una noche completa. Nos ha dado para aprovechar medio día largo por Estambul, ¡qué gusto!
Estambul no defrauda. Además de ser monumental, está abarrotada de gente que va y viene, que vende, que compra. Que callejea sin más como nosotros. Que reza en la calle, es viernes y debe ser fiesta de guardar.
No hemos hecho ninguna visita de las habituales, qué colas, en las mezquitas porque era viernes y cerraban todo el rato para orar, en la cisterna o en Santa Sofía porque siempre las hay. Y que conste que yo hubiera repetido bien a gusto.
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