En poco menos de hora y media salvamos los 400 m largos de desnivel. Poco a poco se ha ido haciendo la luz del día y las montañas que nos rodean han ido cambiando de color. El espectáculo al llegar al circo es impresionante. Por fin el Annapurna I se nos presenta sin nada que lo estorbe. A su lado el Annapurna Sur junto a otros de nombres desconocidos para mí, y enfrente el Machhapucchre, majestuoso, aunque desde aquí no se aprecia su forma de cola de pez.
Otra vez con la mochila a cuestas, comenzamos a descender todo lo subido en dos días. Pero hoy el bosque no parece tan umbrío, no hay niebla, hay mucha luz y calienta el sol. Todo tiene otro color.
Y así, tras 10 horas y media a la intemperie, hemos llegado a Sinuwa. Para mañana nos queda, según arranquemos, la bajada al río y la posterior subida de escaleras que ya conocemos.
Durante estos días nos hemos cruzado con miríadas de personas. Nos preguntábamos si sería el efecto de que el Thorong La haya estado cerrado unos días, pero nos han dicho que no, que esto es así en esta época. Y más del 80% del people es peligro amarillo en sus diferentes nacionalidades: mucho, muchísimo japonés con variedad de formas de taparse cada centímetro de piel, malasios, coreanos, tailandeses...
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