Así estaba el día después 2000 m más abajo |
Efectivamente, esto toca a su fin. Justo el día que nos fuimos de Pokhara salió despejado y pudimos ver el panorama que tanto venden en la propaganda y en todo tipo de pósteres, y echar la última mirada a las montañas que hemos rodeado durante 17 días.
Ahora otra vez en Kathmandú, he de reconocer que lo he cogido con más gusto que la primeta vez. Será que ya me he hecho a la manera de funcionar de este país y de sus habitantes. Y porque hemos encontrado unos sitios con buena música en directo.Me parece que fue hace ni sé que llegamos aquí ansiosos de montaña. También me parece lejano el día del ciclón y sus consecuencias: antesdeayer leíamos unos editoriales y unas noticias al respecto en unos periódicos atrasados, y no me parecía que me había pasado a mí. Aunque no sé si me quedan ganas de grandes montes: hemos vivido lo bueno (mucho) y lo malo (muy duro) del tema y no tengo claro que quiera repetir nada semejante ni medio parecido. Dejo las alturas para otras más aguerridas que yo, como mucho subiré el Monte Perdido que lo teníamos planeado con Gabi. Me quedo con los montes amables, las temperaturas aceptables... Y no es sólo por el ciclón, sino porque a partir de cierta altura la cosa se pone muy exigente y no tengo claro que me compense ese esfuerzo.
Y sigo pensando que esta es la mejor operación de marketing de la historia (bueno, detrás de la de "el camino de Satiago también pssaba por aquí") no sé si orquestada por las autoridades nepalíes o por las agencias europeas, pero vender estas rutas como senderismo tiene un mérito del recopón. Ahí queda eso.
Espero veros el jueves... Gracias por todos los mensajes de ánimo que he(mos) recibido, ¡bihotz bihotzez!