miércoles, 10 de diciembre de 2014

CUENCA I


A punto hemos estado de no llegar a Cuenca. La nieve caída se ha congelado, y a pesar de que las carreteras principales estaban limpias, nosotras teníamos unos 500 m. desde el hostal hasta una de ellas, 500 m. de calle congelada. Al final, y siguiendo los consejos de los lugareños (no pises el freno, vete en 2ª, si te caes al arcén ya os sacaremos...), decidimos ponernos en marcha. Con poco convencimiento por parte de Espe, todo hay que decirlo, y cambiando los planes, porque queríamos ir por carreteras secundarias pasando por la Ciudad Encantada y los lugareños no nos lo han recomendado.


Cuenca me ha sorprendido gratamente, muy gratamente. La ciudad alta, Patrimonio de la Humanidad, es más grande de lo que pensaba. Tiene innumerables rincones y recovecos que recorrer pausadamente, los colores de las fachadas llaman la atención y tiene una oferta museística de calidad. La parte baja concentra una buena oferta hostelera en un par de calles peatonales.  Además, es barata. Esto último no llama especialmente la atención, es difícil salir de Bilbao e ir a algún sitio más caro, por lo menos dentro de la península. Todo ello hace de Cuenca un destino muy apropiado para una escapada de tres días, algo más si se hacen excursiones a los alrededores (Ciudad Encantada, Nacimiento del río Cuervo...).


Nosotras no vimos la Ciudad Encantada. Fuimos al Nacimiento del río Cuervo y, ya que nos habíamos calzado la botas, prolongamos la excursión con una ruta de unos 11 km. de tal modo que para cuando llegamos allí ya habían cerrado.Sí, ahora la Ciudad Encantada está vallada, se paga una entreda (4€) y tiene un recorrido circular señalizado.

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