jueves, 10 de agosto de 2017

DIARIO DE UNA TRAVESÍA II



BAINTHA- MARPOGORO (4300 m)

Cada vez que dejamos un campamento, y, claro, cada vez que hay que acceder a ellos, hay que pasar por unos sube y baja de miedo para salvar las morrenas laterales, pedregosas y resbalosas, ya que los campamentos están en las zonas laterales, normalmente más amables. Hoy seguimos caminando a lo largo del glaciar, una vez que alcanzamos el centro se anda cómodo. Hoy veremos desde abajo las montañas que éstos vieron ayer casi de igual igual. Seguimos con buen tiempo, pero cuando el sol se oculta detrás de la montaña correspondiente la temperatura cae en picado.
Cogen el agua del río, está arenosa. Nos pillan intentando filtrarla con filtros de café que hemos traído, que tampoco es que funcionara, se dan por aludidos y nos traen agua un poco más limpia. Ellos beben esa, desde luego, y supongo que cocinarán también con ella.


MARPOGORO-KARPOGORO (4580 m)

Hoy es día de transición. Avanzamos por el glaciar, que a ratos parece una mar rizada. Vamos saltando o bordeando grietas, hacemos un montón de kilómetros de más. Esta vez el campamento es un pedregal de miedo, te puedes torcer un tobillo al ir a la tienda-comedor o por ir a mear. Por la noche cae una(s) tormenta(s) de miedo, a Héctor se le cala la cutre tienda (tenemos 3 buenas y una mala) y acaba durmiendo en la cocina. Ya parece uno más del staff.


KARPOGORO-SNOW LAKE (4770 m)

Amanece bueno. Seguimos por el glaciar hasta Snow Lake. Una de las vista más espectaculares que se pueden contemplar, en mi humilde opinión. Estar aquí te hace sentir pequeño e insignificante. Espectacular. Todo lo que abarca la vista es blanco, inmaculado, y los picos que nos rodean no son altos pero imponen. Dos o tres glaciares aportan su granito de hielo al conjunto. Acampamos aquí, sobre la nieve. Hemos venido encordados, los porteadores también. No entiendo porqué hoy sí y ayer no. Hace un tiempo espectacular. Por el frío, que cae en picado en cuanto el sol se esconde detrás de la montaña correspondiente, cada vez nos dan de cenar antes. Donde mejor se está es en el saco.


SNOW LAKE-HISPAR LA  (5151 m)


Al fondo, el collado.
Hacemos poco a poco, muy poco a poco, el desnivel que falta al collado. ¡¡¡Prueba conseguida!!! Ración de fotos, parece que para los porteadores también es importante. El guía se ha traído una bandera de Pakistán. Momento de exaltación. Acampamos un poco más abajo.  Seguimos con un tiempo excelente, si no esto sería insoportable.

Una avanzadilla, entre la que se encuentra Héctor, se adelanta a mirar el camino de mañana, a ver si podemos pasar. Nos hemos encontrado con un par de grupos desandando el camino porque lo han visto mal. Cuando vuelven traen malas noticias. Las grietas que hay en la bajada del otro lado deben ser espectaculares. De hecho, no parece que nadie haya podido pasar esta temporada, ni podrá en la siguiente, según nuestro guía.
¡Hay vida en esas alturas!
Esperando a la avanzadilla se nos ha hecho de noche, el día que más frío hace y el que más tarde cenamos. Pero eso nos da la oportunidad de ver el cielo, es una pasada, aunque una medio luna nos chafa un poco la visión.



LA VUELTA

Así que media vuelta y a volver por donde hemos venido. Hacemos en 4 días lo que hemos subido en 6. Es verdad que hay otra perspectiva, otra luz, pero yo ya voy un poco rayada. Se me ha hecho largo y duro. Sólo pienso en acabar. Éstos siguen igual de emocionados. Crazy climbers. Volvemos a bajar encordados el mismo tramo que a la subida, y no la parte siguiente. Lo pensé al subir, lo pregunto ahora. Es que si las grietas se ven no hay problema, el peligro está en que estén tapadas por la nieve y no se vean.


Uno de los días he amanecido grinchi, los que habéis estado en el monte conmigo ya sabéis lo que significa. Pero en una parada tonta los porteadores se ponen a cantar y a bailar, nosotros también participamos y consiguen que se me cambie el humor.
El viaje de vuelta desde Askoli hasta Skardu es una odisea. Para empezar, vamos 11 personas en un jeep de 5 plazas, dos de ellos en la vaca, y por el camino suben de cualquier manera otras 4. Hay muchos chicos (no vi ninguna niña) que se dirigen andando a Skardu desde Askoli y pueblos de alrededor porque el lunes empiezan  la escuela y los jeeps los van cogiendo). Mientras hemos estado en el monte han debido de haber grandes tormentas que han producido tremendos desprendimientos, porque en el tramo donde nos bajamos del coche al venir ahora no se puede pasar de ninguna manera (nos llevan en un jeep hasta allí, pasamos andando y nos montamos en otro jeep que ha llegado del otro lado; en el cambio perdemos ocupantes, ahora sólo vamos 8, más un señor que recogemos y que va agarrado, fuera), las torrenteras que tenemos que pasar llevan muchísima más agua, y en otro punto se ha caído un puente y pasamos vadeando el río. Y, por fin, la tan esperada ducha y la tan ansiada cama.


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