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Mina a cielo abierto de Rio Tinto |
He venido 15 días de piscina y playa con la familia. Con parte de ella, para ser exactos. En la costa oeste de Huelva, cerca de Ayamonte, a un paso de Portugal. No es que el sitio sea especialmente chulo (Ayamonte sí merece una visita), pero para la vida que queremos hacer, suficiente y de sobra. Playa, piscina, tranquilidad y buenos alimentos. Que más se puede pedir?
Sin pedirlo, he tenido mucho más. Fernando, mi cuñado, me ha tenido a cuerpo de reina: ha cocinado casi siempre (las navajas me las he currado yo, las bordo, que conste), me ha puesto el aperitivo, con bermú incluido, y ha ido a por el periódico.
El periódico. He recuperado uno de los grandes placeres de la vida que es leer el periódico en papel, pasando de ediciones digitales, así se lee algo más que los titulares y el consabido vistazo diagonal.
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Nuestra playa en marea baja |
No todo ha sido holganza. También he hecho ejercicio con mis sobrinos, incluso he salido a correr con ellos. Y digo salido, porque volver no he vuelto con ellos, os lo puedo asegurar, me dejaban atrás enseguida. Pero he dejado alto el pabellón. Así y todo, creo que he recuperado todo lo perdido este año. Es que las cañitas entran de bien...
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Reflejos en el Río Tinto |
Y le hemos dado una oportunidad a la cultura. La salida a Riotinto, muy recomendable. La visita a una de las minas, a cielo abierto, muy constructiva. Y el paseíto que te dan en un tren por la explotación y parte del curso del Río Tinto, espectacular. Espero que las fotos den buena fe de ello.
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Balcones decorados en Ayamonte |
Para visitar la Sierra de Aracena no os recomiendo el verano. No se puede pasear a 40 grados, y eso eligiendo el día de peor pronóstico. Pero Aracena pueblo merece la pena, y tiene unas cuevas, la Gruta de la Maravilla, muy chula.
De la visita al Rocío, qué os voy a decir. No me dejaron entrar porque iba en pantalones cortos. Mi cuñado también, a él ningún problema; el problema estaba, en palabras del segurata al que pregunté a ver qué era corto, en los pantalones excesivamente cortos. Os juro que al monte voy con unos más cortos que los que llevaba, y tengo por norma no enseñar culo... En solidaridad, no entró ningún miembro de la familia. ¡Que se queden con su virgen!