viernes, 3 de julio de 2015

BERLIN I


He estado unos días en Berlín. Con Espe y con Gurutze, fenomenal. Me ha parecido una ciudad fantástica, fácil, amable, enoooormeee...
Si estáis pensando en ir, imprescindible un pase para viajar incontable en cualquier transporte público, la idea de "si sólo hay una manzana hasta allí..." no vale, una manzana berlinesa equivaldría en Bilbao a ir de la Plaza Circular a la Elíptica, por ejemplo. De modo que hemos viajado indistintamente en bus, tranvía, metro y tren, y con una soltura ejemplar.



Y así y todo no hemos conseguido todos nuestros objetivos. Bien sea por falta de previsión (caso del Reichtag, que había que coger la entrada con varios días de antelación), por no molestarnos en leer las guías con detenimiento (caso del Museo de la Bahaus, fuimos el día que cerraban, o del Monumento al Holocausto, probablemente pasamos por la calle de al lado pero no lo vimos) o porque a eso de las 7 de la tarde estás tan cansado que lo que apetece es echarte a las cañas y dejar para otro día eso que no deberías perderte.

Porque si algo tiene Berlín de especial es/son un montón de bares a orillas del río, con arena, hierba o de madera, hippies, hispters o pijos, donde poder descansar del duro trabajo que supone turistear, o unas estupendas biergarten, lo que viene a ser una cervecera, vamos. Y como el tiempo nos ha acompañado bastante, los primeros días nublado pero con buena temperatura, luego más despejado, nos ha permitido relajarnos al aire libre. Con deciros que el último día elegimos tomarnos unas cañas relajadamente en lugar de ir a un concierto de coros en la Filarmónica, cuya acústica goza de una mas que merecida fama... Es que era mucho estrés planificar el día para estar a tiempo en la cola de la taquilla.

Para variar, los detalles turísticos y las anécdotas históricas se las dejo al Aventurero, que con sus dibujos ilustra mejor que mis fotos y se explica mucho mejor que yo. Para eso, pinchar aquí.


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