No os lo he dicho, pero me he bañado en el mar. Y no lo cuento sólo para daros envidia, es que este es el Mar de Tasmania, y por fin he conseguido bañarme en él. Tenía el antojo y había desistido del empeño.
La verdad es que no parece el mismo mar que he visto hasta ahora, salvaje y ventoso; mucho menos el mismo que vimos en la playa de El piano. Qué lejos queda aquello en la memoria, Eva, ¿te acuerdas?
En New Plymouth el mar estaba tranquilo, con unas olas para poder jugar, no llegaba a cubrir del todo y no había viento. Así que baño largo y a tomar el sol.
Voy a tener que agradecerle a la petarda del hostel que no me haya dejado aposentarme hasta las 4 de la tarde después de unos días de monte. Así me he ido a la playa otra vez, y he pillado un conciertito en un bareto al aire libre. Para celebrar Aberri Eguna y que ha resucitado el Señor.
¡Viva Cristo! Gora Euskadi!!
Muy bien, hermana, un poquito de civilización después de tanta naturaleza y asilvestramiento no vienen mal...
ResponderEliminarY by the way, esos controles de OH espontáneos a los viandantes que objetivo tienen? Está prohibido andar cocido por la calle? Hay límites de alcoholemia para andar por las aceras? Los hacen al azar o solo a los que tiene pintas.......? (Jeje...)