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Recibí esto al poco de llegar |
Y se acaba el viaje. Y aquí estoy yo, triste en parte, porque me ha gustado esto de viajar así. Quién lo iba a decir de mí, que si puedo (¿debería decir podía?) no voy sola ni a comprar bragas; yo, que cuando anduve con muletas me aburrí a más no poder yendo desde Unamuno al Gatz, no veía el momento de llegar de lo que me aburrí por el camino; yo, en definitiva, que a pesar de vivir sola lo de la (buena) compañía me parece fundamental, y que estar rodeada de mis amigos me parece lo más, aquí he estado, encantada, echándoos de menos, por supuesto, pero sin que vuestra ausencia me pesara.
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Y me he hecho esto el último día,
por si acaso con pantalones, je je..
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Y por otra parte, ahora, a medida que se ha ido acercando el final, las ganas de estar en casa han ido creciendo, haciéndose fuertes: ganas de veros, de abrazaros, de que me achuchéis... ¡Amatxu, para cuando leas esto ya casi estoy! Porque a pesar de todo lo que he dicho, a pesar de que no he estado mal, a pesar de que podría seguir así una buena temporada, viajar en compañía siempre es más entretenido, más divertido, más enriquecedor. Las cosas buenas compartidas siempre son mejores, dónde va a parar,
Me voy con unas cuantas penas:
No haber estado en Christchurch cuando fue el Festival de Hakas, esa danza de guerra tribal que han popularizado los All Black, pero que tiene más variedades.
No haber visto la cruz del sur, o no haber sido consciente de ello, ni el eclipse de luna, ni, por supuesto, la aurora boreal, que, tiene cojones la cosa, me enteré por El País.
No haber estado en Coromandel y Bay of Plenty en pleno verano, cuando los
puhutukawas, unos pedazo de árboles, están en flor; debe de ser un estallido de rojo impresionante.
Que en este país no hagan pegatas de animales para los coches, tienen ese filón sin explotar como souvenir, con la cantidad de animales que tienen hubiera podido aumentar mi zoo hasta forrar el coche entero.
No haber tenido un nivel de inglés mejor para haber hablado con más gente, sobre todo con la familia con la que conviví en Te Kuiti, que se portaron estupendamente y no pude corresponder. Además, eran maoríes, y me hubieran podido aportar otra visión del país.
No haber apredido algo más de maorí: que sepáis que lo pronuncio de miedo (que me lo han dicho, pero no hay truco, también tiene sólo 5 vocales), pero tienen 3 palabras para decir adios (si te vas, si te quedas, o si te vas y el que se queda está sentado, o a lo mejor era que el quen está sentado eres tú y se va otro, no me quedó claro), otras 3, por lo menos, para decir hola (si es a una persona, a dos o a más)... Así, imposible.
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Koru, origen del principal símbolo maorí |
No haber visto esas extensiones de bosques de hayas y otros árboles autóctonos que he atravesado vestidos de otoño. Aunque una cosa os voy a decir: creo que en lo único, naturalísticamente hablando, en lo que podemos hacerles la competencia a estos kiwis es con nuestros bosques de hayas. Cómo se filtra la luz, la sombra que dan, el frescor que guardan, el colorido en otoño... Aunque sólo sea porque las hojas son más grandes, no lo sé, pero creo que en eso impresionaríamos a unos kiwis de viaje por allí.
See you in Bilbo! If not sooner, on saturday, april the 25th, in the txoko. Or at the txoko? A la mierda! Tres meses aquí y sigo fallando en lo básico. Ese estudio que decía que los bilingües tenemos más facilidad para aprender un tercer idioma que venga y que me estudie a mí, porque conmigo no se cumple ni de coña. He debido depadecer alguna desconexión neuronal irremediable. Sobreviviré a ello.
Resumiendo, que el y la que quiera tiene una cita el sábado 25 por la noche en el txoko. BANOA!!!