martes, 21 de abril de 2015

¡Y ÚLTIMA ENTRADA!

Recibí esto al poco de llegar
Y se acaba el viaje. Y aquí estoy yo, triste en parte, porque me ha gustado esto de viajar así. Quién lo iba a decir de mí, que si puedo (¿debería decir podía?) no voy sola ni a comprar bragas; yo, que cuando anduve con muletas me aburrí a más no poder yendo desde Unamuno al Gatz, no veía el momento de llegar de lo que me aburrí por el camino; yo, en definitiva, que a pesar de vivir sola lo de la (buena) compañía me parece fundamental, y que estar rodeada de mis amigos me parece lo más, aquí he estado, encantada, echándoos de menos, por supuesto, pero sin que vuestra ausencia me pesara.





Y me he hecho esto el último día,
por si acaso con pantalones, je je..
Y por otra parte, ahora, a medida que se ha ido acercando el final, las ganas de estar en casa han ido creciendo, haciéndose fuertes: ganas de veros, de abrazaros, de que me achuchéis... ¡Amatxu, para cuando leas esto ya casi estoy! Porque a pesar de todo lo que he dicho, a pesar de que no he estado mal, a pesar de que podría seguir así una buena temporada, viajar en compañía siempre es más entretenido, más divertido, más enriquecedor. Las cosas buenas compartidas siempre son mejores, dónde va a parar,

Me voy con unas cuantas penas:
No haber estado en Christchurch cuando fue el Festival de Hakas, esa danza de guerra tribal que han popularizado los All Black, pero que tiene más variedades.

No haber visto la cruz del sur, o no haber sido consciente de ello, ni el eclipse de luna, ni, por supuesto, la aurora boreal, que, tiene cojones la cosa, me enteré por El País.

No haber estado en Coromandel y Bay of Plenty en pleno verano, cuando los puhutukawas, unos pedazo de árboles,  están en flor; debe de ser un estallido de rojo impresionante.

Que en este país no hagan pegatas de animales para los coches, tienen ese filón sin explotar como souvenir, con la cantidad de animales que tienen hubiera podido aumentar mi zoo hasta forrar el coche entero.

No haber tenido un nivel de inglés mejor para haber hablado con más gente, sobre todo con la familia con la que conviví en Te Kuiti, que se portaron estupendamente y no pude corresponder. Además, eran maoríes, y me hubieran podido aportar otra visión del país.

No haber apredido algo más de maorí: que sepáis que lo pronuncio de miedo (que me lo han dicho, pero no hay truco, también tiene sólo 5 vocales), pero tienen 3 palabras para decir adios (si te vas, si te quedas, o si te vas y el que se queda está sentado, o a lo mejor era que el quen está sentado eres tú y se va otro, no me quedó claro), otras 3, por lo menos, para decir hola (si es a una persona, a dos o a más)... Así, imposible.

Koru, origen del principal símbolo maorí
No haber visto esas extensiones de bosques de hayas y otros árboles autóctonos que he atravesado vestidos de otoño. Aunque una cosa os voy a decir: creo que en lo único, naturalísticamente hablando, en lo que podemos hacerles la competencia a estos kiwis es con nuestros bosques de hayas. Cómo se filtra la luz, la sombra que dan, el frescor que guardan, el colorido en otoño... Aunque sólo sea porque las hojas son más grandes, no lo sé, pero creo que en eso  impresionaríamos a unos kiwis de viaje por allí.


See you in Bilbo! If not sooner, on saturday, april the 25th, in the txoko. Or at the txoko? A la mierda! Tres meses aquí y sigo fallando en lo básico. Ese estudio que decía que los bilingües tenemos más facilidad para aprender un tercer idioma que venga y que me estudie a mí, porque conmigo no se cumple ni de coña. He debido depadecer alguna desconexión neuronal irremediable. Sobreviviré a ello.

Resumiendo, que el y la que quiera tiene una cita el sábado 25 por la noche en el txoko. BANOA!!!

lunes, 20 de abril de 2015

ÚLTIMA PARADA: WELLINGTON AGAIN

En Wellington de nuevo. Ahora mismo me parece mejor plan haber ido a Auckland y haberle dado una oportunidad de conocerla más, pero cuando tuve que organizarme y decidir estaba hasta la peineta de conducir y de hacer y deshacer maleta, así que decidí parar 4 días en Wellington, en lugar de buscar un coche de esos gratis (que para ir de aquí a Auckland hay un montón) y hacer unos 700 km. Aunque ahora que lo escribo, igual era mucho trajín y está bien pensado. En fin, ya no tiene remedio.

No he estado mal. He vuelto a pillar fin de semana, y la ciudad está ajetreada: aquí se acababan este domingo las vacaciones escolares, había mucha familia paseando, ofertas en las tiendas y gentes por doquier.


Así que me he dedicado a pasear, a los museos y galerías y al mundo mercadillo. El sábado, mercadillo al uso. El domingo hay tres, todos de comida. Uno, de frutas y verduras, agricultores locales. Mucha gente comprando y buen producto. Por cierto, ya aparecen los kiwis autóctonos (debería decir kiwifruit, aquí kiwis son pájaros o personas) a un precio asequible.


Otro, de productos alimenticios en general: frutas y veduras; salmón y otro pez que no sé qué es ahumados, que no los he probado, no puedo comparar con los de Fernando; algún pez fresco, aquí casi siempre fileteado, es raro encontrar peces enteros; una charcutería, se me olvidó cometaros que aquí el bacon es super caro, más que el lomo o las chuletas de cerdo, me ha llamado la atención; miel, pan... y mogollón de puestos de comidas varias, que por supuesto la gente come todo el rato, ya había gente comiendo, lo mismo da que sean noodles, churros (que los hay), sushi, hamburguesas o perritos calientes, a las 10 de la mañana, Será que no desayunan en casa. Y si no, ahora entiendo porqué hay tanta gordura. La pena es que yo sí he desayunado, y bien.

Fijarse en los tipos de queso, ¡y en los precios!
El tercero, de comida cocinada o productos elaborados de nivel: patés, quesos, tortillas de algo que parecían angulas pero que eran peces minúsculos y no me he resistido a probarlos, samosas de varios tipos, pasteles de todo tipo y color, zumos...

La anterior vez nos coincidió con el Waitangi Day, esta vez con el centenario de algo de la Primera Gerra Mundial (ANZAC Day), algo de una fuerzas conjuntas australianoneozelandesas, no sé qué se les perdió a esta gente por allí, supongo que su alteza llamaría a filas, pero no veáis qué sentimento le ponen. Por todos lados hay rederencias a ello. Fallaron en el sitio de desembarcar y los masacraron, a lo que se ve. El próximo fin de semana toca desfile militar. Menos mal, he librado.


domingo, 19 de abril de 2015

NAPIER y HASTINGS


Napier y Hastings quedaron devastadas por un terremoto en 1931. Para que os hagáis una idea, Napier aumentó 40 km2 su extensión, y su antiguo puerto es hoy el aeropuerto. Y a pesar de ello, entre las dos ciudades "sólo" murieron 258 personas.


Los arquitectos que trabajaron en su reconstrucción estaban aferrados al ya decadente estilo art decó, pero a las autoridades les vino bien porque era más barato que otros estilos, más seguro al carecer de balcones y otros elementos poco estables durante futuros terremotos, y a la gente le pareció que le daba un toque de modernidad. Por una vez, todos contentos.


Así que hoy la arquitectura es su principal reclamo, más en Napier que en Hastings.  Cito textual de la guía: "Napier es uno de los ejemplos arquitectónicos art decó más uniformes del planeta". Ahí es nada. Eso sí, como no te guste el estilo, te pueden dar colvulsiones, aunque, a mi entender, las famosas tejavanas rompen bastante la uniformidad.


A mí, que de arquitectura entiendo poco y tenía otra idea más recargada de lo que es el art decó, no me ha impresionado. Me he instalado en Napier un par de días, y he ido hasta Hastings. Casi me ha llamado más la atención esta última, empezando por sus farolas. Además, tiene un museo de arte contemporáneo pequeño pero muy bien preparado. Cualquiera de las dos para eso, para un par de días. Llegando en temporada adecuada, se puede ir hasta el cabo Kidnappers a ver albatros, pero ir hasta allí y hacer una ruta de 9 km ida para siempre ha sido tontería, hasta para mí que no tengo otra cosa que hacer en todo el día. Y la temporada de albatros ha tocado a su fin; han emigrado ya, casi como yo enseguida.


sábado, 18 de abril de 2015

LA CARESTÍA DE LA VIDA (Y NUNCA MEJOR DICHO)

Mural en New Plymouth

Voy a detallaros algunos precios de cosas cotidianas o que se usan mucho en este país, para que os hagáis una idea de lo caro que es esto. Además, he visto que gente de muy diversa procedencia me lee (blogger me chiva los países desde donde acceden y la cantidad de visitas que he tenido), así que por si alguien, alguna vez, utiliza este blog para preparar un viaje a Nueva Zelanda tiene para hacerse una idea. Para pasar a euros, calcular dos tercios de la cantidad, redondeando al alza.

Ferry: $55
Alquiler coche: cogiendo un modelo viejo, que no anda cuwsta arriba, que son los más baratos, mínimo $22, dependiendo de la cantidad de días que lo cojas y la temporada. Yo a eso le he sumado $15 para tener seguro a todo riesgo.
Gasolina: porque, a los que se ve, aquí no hay coches diesel, $1,6-$2; esto no sé si es más barato, no tengo ni idea de a cómo está allí ahora
Hostel: entre $24 y $35, en habitación compartida, a veces de litera, otras de camas. Normalmente tienen café, té y azúcar a disposición, y en dos ocasiones estaba incluído el desayuno. De ahí para arriba, hasta alcanzar límites insospechados.
Refugios: los de las Great Walk, entre $32 y $54. El resto, los que no son privados y dependen del DOC, $15.
Water taxi: entre $40 y $70, depende de la zona y de si es ida y vuelta.
Crucero por el Mildford Sound: a partir de $55. Nosotras hicimos el más típico y fueron $85.
Museos: muchos gratis (piden donativo), sino entre $5-$15
Comer y beber fuera: un café o té, $3,5-$6; una birra de medio litro, $8-$12, y lo mismo un vaso de vino; un plato cualquiera, sentada en un restaurante, de $20 para arriba, difícil encontrar una pizza o un fish&chips por menos de eso, que suele ser lo más barato. Comida basura de takeaway, la hay más barata, y en el mundo mercadillo hasta cosas decentes a buen precio, para comer de pieo en un jaedín.
La cesta de la compra: un litro de leche, $2,5-4; media docena de huevos: $2,5-$5, dependiendo de si son, o no, de gallinita feliz u orgánicos; yogur de litro, $ 4,5-5,5; champiñones, el kilo, $12-13, esto sí que es una pasada; kiwis, que para mi pasmo son italianos, porque no debe ser temporada (¿A que allí hay kiwis neozelandeses? El mundo se ha vuelto loco), el kilo, $6-7; y así podría seguir hasta aburriros. Lo que sí es barato son la piña, que puedes comprar una por unos $3, y los mejillones, que fluctúan entre $3-$6 el kilo. Enooormes, los grandes de allí aquí serían pequeños. Pero están buenísimos.

Whakatane
Así que si alguien está pensando en venirse para aquí, que empiece a ahorrar. Porque a poco que quiera hacer una excursión organizada, o una salida con guía, la cosa se multiplica hasta el infinito.


Pero merece la pena, os lo aseguro.  Como me dijo el hombre del camping de Te Kuiti, venir a Nueva Zelanda es hacer muchos viajes en uno: tienen las suaves y verdes colinas de Escocia, los bosques de Canadá, las montañas de Suiza, los lagos de Sudamérica, los fiordos de Noruega y las playas de California. A eso Eva y yo le añadimos en su día los pueblos de yanquilandia, los de aquí nos recuerdan a lo que hemos visto en el cine, ninguna hemos estado allí. Y aquel hombre no exagaraba nada, no me extraña que estén muy orgullosos de su país.

Restos de un asentamiento maorí


jueves, 16 de abril de 2015

BAY OF PLENTY

Whakatane
Bay of Plenty pasa por ser un paraíso playero aunque en mi opinión no es comparable con la Península de Coromandel. Aquí la arena no es tan fina, ni las playas tan salvajes. Pero es una de las regiones más soleadas del país, y eso marca mucho a la hora de elegir destino de veraneo.

Playa de Ohope

Vertigraph
Yo he elegido como campo base Whakatane, algo menos explotada turísticamente que otras poblaciones de la bahía. Está situada frente a unas marismas, y tiene un buen paseo costero.
Me ha dado pena no haber ido a un pueblo que se llama Maketu, habría queninvestigar la etimología del lugar, je je...
El tiempo no me ha acompañado, así que no os puedo hacer un análisis exhaustivo de las diferentes playas y su calidad de baño. Pero me he paseado por algunas, y realmente merecen la pena.
He aprendido lo que es un vertigraph: un mural hecho a trozos en las partes verticales de losmpeldaños de unas escaleras. Estas subían a un mirador. Según el cartel, el primero del mundo. A lo mejor el único, quién sabe....

Y ahora una de historia (¿leyenda?) maorí: el nombre de Whakatane proviene de una expresión que usó Wairaka, la hija del guerrero Toroa, cuando se saltó el tabú de que las mujeres no podían gobernar las wakas (barcas) y salvó a unas mujeres. Toroa y su familia llegaron  a la zona. Cuando los hombres saltaron de la barca para saludar a los líderes locales, la marea cambió y se llevó la barca con las mujeres. Ahí es donde Waiaraka se hizo con el timón y devolvió la barca a puerto. Si ya digo yo, que las normas, muchas, están para saltárselas... Y en el caso de las mujeres visto está que el tema es universal.

Estatua de Wairaka

miércoles, 15 de abril de 2015

LOS PUEBLOS (Y SUS LIBRARYS)



Tenía pendiente hace tiempo contaros cómo son los pueblos aquí. Y me va quedando poco tiempo para hacer los deberes...
Supongo que no haber sido conquistado por los romanos y no haber vivido la Edad Media marca mucho en esto del urbanismo. Estamos acostumbrados a que el centro sea lo antiguo, lo más bonito o interesante de las ciudades, y aquí se rompe la norma. Para empezar, porque no hay antiguo. Como mucho, algo de estilo colonial o victoriano, según la suerte que la Historia le haya deparado a cada sitio.


Normalmente, aquí el centro es una sucesión de manzanas comerciales donde no vive nadie, con edificios de bajo más una planta, todos con una tejavana llena de los letreros de los comercios, y absolutamente impersonal. Si en algún caso se consigue la perspectiva suficiente, alguno de los edificios tiene su encanto, normalmente por ser algún almacén o pabellón con solera. La impresión es de estar paseando por el Maxcenter o alguno de esos. No hay prácticamente ninguna calle peatonal, y pocos bares apetecibles o con una terraza un poco agradable.


Y alrededor de ese centro, en una cuadrícula casi perfecta, montón de manzanas de casas unifamiliares, tipo mobilhome de camping de veraneo o casita prefabricada. Que se entiende que tienen que ser casas bajas y de madera por eso de los terremotos, pero un poco de originalidad o de color no creo que sea pedir mucho.

Lo que tienen la mayoría de ellos es una bibliotecas públicas fantásticas. Con todos los libros a la vista, a mano para leerlos allí mismo, códigos gráficos para que encuentres lo que quieres, mesas y sofás para poder leer o usar la wifi,  que también tienen casi todas. Puedes llegar, sentarte donde quieras, sacar tus aparatos (incluso enchufarlos, tienen mogollón de enchufes repartidos por todos lados) y estar todo el rato que quieras sin sentir que molestas o que te cotrolan. Incluso tienen los alféizares interiores con cojines o con madera en plan banco para el que quiera estar "mal"sentado o aprovechar la luz natural. Y los exteriores preparados también en muchos casos para que la gente pueda usar la wifi fuera de horaro.


Eso sí, si las nuestras fueran así (quitando la Alhóndiga, aunque esun poco agujeto negro; uy, perdón, ahora hay que empezar a llamarlo de otra manera, ¿no?) seguramente perderíamos dos amigos. ¿Adivináis quiénes?

lunes, 13 de abril de 2015

THE GREAT NZ MUSTER


Camino desde New Plymouth a Coromandel pasé por Te Kuiti, un pueblo con ningún atractivo excepto un fin de semana al año, en que se convierte en capital del esquileo y hacen una especie de encierro con ovejas. Ví los carteles y me entró curiosidad; me coincidía bien (en un más o menos espacio-temporal), así que allí
No es un efecto óptico, tiene 7 m
me planté dando un rodeo de 200 km para ir de Coromandel a mi siguiente destino costero. La llegada no fue muy halagüeña: llovía a cántaros, y la pinta del camping donde supuestamente tienen una sección para mochileros, inenarrable. Y entenderme con un viejo que murmujeaba y que decía que no me esperaban hasta el día siguiente, para nota. Pero apareció una chica muy maja, una canadiense que se alojaba allí, me acompañó a mi edificio y la cosa mejoró por momentos. He convivido con una familia, creo que la del dueño, lo cual ha tenido su punto, pero el problema de comunicación ha hecho que a veces no haya sido muy educada. Enfrentarme a un grupo familiar de barbacoa el sábado a la noche era demasiado para mi nivel de inglés, así que puse ya no me acuerdo qué excusa y me escabullí a la habitación cuando me invitaron a sentarme a cenar con ellos. ¿Cómo explicarles que suelo ser muy sociable y que en otras circunstancias me habría quedado allí de gaupasa si hubiera hecho falta?


En fin, os cuento la fiesta. Por la mañana, por la calle principal corren las ovejas, un montón, han tenido que traer un mogollón de ellas para que las esquilen. Sólo en la sesión del sábado a la noche, en 3 horas han esquilado unas 300... Aunque la comparación que hacen con el encierro de Pamplona está más que cogido con pinzas. Se les olvida el detalle de que aquí no corren personas y de que estos bichos no tienen cuernos.


Pero es curioso ver cómo vienen todas las ovejas corriendo en mogollón. No sé qué pasará otras veces, pero esta vez, como la primera no ha subido una rampa que les ponen para que se frenen al final se han quedado quietas, agrupadas, ni para adelante ni para atrás, hasta que han traido unos perros y las han "empujado" un poco. Pero les ha costado, eso nuestros perros pastor lo hubieran solucionado en un pis-pas...

En cuanto al campeonato de esquileo, la verdad es que es digno de ver. Primero, el ambiente del pabellón. Lo más parecido al ambiente que puede haber en Dima en una idi-proba, pero sin puros. Cambiando el mahón o la pana y la boina por pantalón corto y chancletas, o chandal y botón de goma cuanto más embarrado mejor, según el caso, sin distinción de género, acompañado en ambos casos de camisetas de propagandas varias. Y si se preparan un poco, qué deciros. Ellos todavía tienen un pase, cualquier cosa que parezca un traje queda casi digno, nunca llega al nivel de ellas... estilo puesta de largo yanqui, inenarrable. Casi mejor que no se preparen (aunque preparados para esquilar ganan mucho, que lo sepáis). Todos gritando y animando, que 3 de los 5 finalistas de la serie buena eran lugareños.

¿A que así parecen monos?
Luego, el trabajo de esquilar, y todo el montaje. Los jóvenes esquilaban 15 ovejas en algo más de 20 minutos, los TOP, que se les veía otra edad, 20 ovejas en menos de 15 minutos. ¡Impresionante! Cada esquilador con un arbitro que no sé lo que controlará, y un "recogedor" de la lana que va cayendo, hasta la mínima brizna, junto con una tropa de gente que va trabajando la lana y empacándola al instante. Os puedo jurar que estos sudaban lo suyo. De hecho, ha habido una serie en la que se valoraba el trabajo del "recogedor", aunque no me he enterado muy bien en qué consistía la competición.


No sé que pensarían los animalistas de hacer algo parecido allí, creo que las pobres ovejas sufren un rato.

domingo, 12 de abril de 2015

LAS CARRETERAS


En Nueva Zelanda no hay autopistas. Bueno, unos pocos kilómetros de pago en los alrededores de Aucland, para saltarte la caravana por atravesar zonas de playa. Ni tampoco autovías como las conocemos nosotros. Hay carreteras de doble carril como circunvalación de las ciudades más importantes, o sea, contadas con los dedos de una mano en cada isla, y pocos kilómetros alrededor. Pero nada más. Ahora parece que están construyendo una en lo que aquí sería la N1.

Las señales, muy descrptivas
El límite de velocidad es de 100 km/h, el mismo para todo tipo de carreteras, da igual que sean anchas o estrechas, que tengan arcén o que no. De cualquier modo, no importa, porque es prácticamente imposible hacer una media de más de 70 km/h. Aunque tengas por delante la carretera más recta del mundo, los camiones se aparten (los lugareños se apartan en cuanto tienen un hueco, hasta se paran en cualquier apartadero), y tú (o sea, yo) te saltes los límites. Si no te encuentras una autocaravana, es una furgoneta del año de la maricastaña, un turista que va mirando a Murcia... Y si son guiris no se apartan. Tienes que esperar pacientemente a que haya un Passing Lane para poder adelantar; o un mirador, ahí todo el mundo para para la foto.


 Y si no hay nada de eso, tampoco fluye. Cada poco te encuentras un puente de un solo carril. Porque sí, no se sabe por qué, no creo que sea cuestión de presupuesto, pero la mayoría de los puentes (y tienen innumerables ríos) son de un solo carril. No he descubierto en función de qué dan la prioridad en el paso, pero por la visibilidad os aseguro que no es. Una vez incluso atravesamos un puente que también era compartido con el tren. ¡La bomba!

O vas atravesando todos los pueblos, eso de la circunvalación no se lleva. Así que a 50. Bueno, algunos no tienen ni categoría para eso, se pueden pasar a 70 o a 80, según cuántas casas (más bien granjas) haya. Menos mal que esto está poco poblado, hay pocos pueblos. Creo que no llegan a 5 millones de habitantes, y de esos 1,5 millones viven en Aucland, echar cuentas.

Otra cosa reseñable de las carreteras es que se puede hacer un estudio faunístico del país. Jamás he visto tanto animalillo atropellado. Supongo que pasa porque hay muchos. La mayoría, esas especies perniciosas que os comenté, con lo que se contribuye al equilibrio ecológico del país. Y mogollón de conejos y liebres. Y alrededor de esos cadáveres se pueden observar infinidad de aves. Yo creo que además del régimen propio, todas son carroñeras. El tamaño de las aves es proporcional al despojo que haya: desde las rapaces más grandes hasta pajarillos, pasando por todo tipo de gaviotas y gallináceas no voladoras. Claro que a veces no se apartan a tiempo y les sale un poco caro el avituallamiento. Yo un día pisé algo, no lo vi; espero que fuera algo prescindible y no un ave de las apreciadas.

Y casi por último, cabe reseñar la ausencia de señalización vertical para los adelantamientos. Bueno, y horizontal también. Parece que recién han empezado a pintar rayas continuas amarillas de no adelantar. Pero les faltan toneladas de pintura por repartir por las carreteras; yo, de hecho, no me fiaría ni de las que están pintadas, tienen un criterio extraño de lo que es la visibilidad.

Para finalizar, no pensaba que había que aclararlo, pero iba en coche cuando me hicieron el control de alcoholemia; creo que todavía no hay país que haga controles a los viandantes. Al tiempo. Ya van amenazando a los ciclistas. Aquí, de momento, a los intoxicated no les venden bebida en las tiendas ni les sirven el los bares, que lo pone bien visible en todos los sitios y lo he visto hacer.

jueves, 9 de abril de 2015

PENÍNSULA DE COROMANDEL


Coromandel es una península al este de Auckland, y relativamente cerca. A pesar de ello, está bastante poco explotada. Bien es verdad que como no construyen a lo alto siempre da otra impresión. Pero así y todo.


Su cadena montañosa central, repleta de recorridos marcados, divide la estrecha península en dos partes kuy diferentes. Al este playas de arena blanca que pasar por ser de las mejores de esta isla norte, y al oeste grandes marismas y bahías pedregosas. A pesar de que me venía buscando playa, no he podido sustraerme a subir a lo más alto de la península, unos promontorios rocosos llamados Pinnacles cuyo último tramo es bastante vertical y están equipados hasta con peldaños de ferrata.
Playa de Hahei
Me he instalado en Hahei, en la costa este, a tiro de piedra de la Hot Water Beach, una playa en la que en marea baja, si vas con una pala y cavas lo suficiente, te puedes hacer un spa porque mana agua caliente del subsuelo; y de Cathedral Cove, otra playa estupenda a la que se llega andando (más de media hora, y está petada, es uno de los principales reclamos turísticos) y en la que, en marea baja también, pasas por un túnel y llegas a una estupenda cala con curiosas formaciones rocosas. La propia playa de Hahei es de las más bonitas. Aunque urbanizada, con casitas de mucho nivel, será que por aquí veranean los pudientes.
New Chum's Beach
Algo más lejos está la New Chum's Beach. Lo de new no sé porqué, no parece de ayer por la mañana. Es una playa absolutamente salvaje, sin ninguna casita a su vera, a la que se llega tras caminar unos 20 minutos. Una delicia de sitio, aunque también concurrido, no os vayáis a creer.


Para que os quedéis tranquilos, ya cuelgo las botas. Si hago alguna ruta será sencilla, de andar con las sandalias. Me dedicaré a la costa, y a algún que otro pueblo.

No está invadido, son sus raíces aéreas

Y, por cierto, se me olvidó comentar que en ese Pouakai Circuit, además de pelearse con los animalillos habituales, también habían tenido que implementar un programa de extinción de cabras salvajes, introducidas por los granjeros para mantener a raya las plantas de fresas. ¡Fresas! Chicas, que nos hubieran llamado a nosotras: con las plantas no sé si hubiéramos acabado, pero con sus frutos... ¡en un periquete!

martes, 7 de abril de 2015

Pouakai Circuit


Pouakai Circuit es una ruta de 25 km que se recorren en dos días. Su principal aliciente son las vistas del Taranaki, de hecho es otra de las excelentes vistas que mencionaba aquella revista que leí. Trascurre a los pies del volcán aunque no lo rodea.
La mujer del Centro de Visitantes me recomiendó hacerlo en sentido contrario al habitual, porque estaba previsto que el segundo día hiciera mejor tiempo, y así pasar por EL mirador con mejor tiempo.

Pero mi gozo en un pozo. La única vista del monte la tuve nada más levantarme, desde el propio refugio, y un poco más adelante. A partir de ahí, la niebla corrió más que yo.
Tenía que haber dormido en el refugio Pouakai, pero llegué muy pronto, a eso de las 14h, estaba ya lleno, y no me pareció confortable como para pasar allí tanto tiempo sin nada mejor que hacer. Así que seguí una hora y media más hasta el siguiente refugio. Que también estaba lleno, y me tocó dormir en el suelo del comedor, pero era algo más agradable, y una mujer encantadora me dejó una esterilla.


Al día siguiente (domingo de Resurrección), durante el desayuno, un señor se puso a preguntar a ver si sabíamos qué se celebraba. Para rato le iba a contestar que sí. Ante el silencio general (no sé si por desconocimiento, o porque pasaban) explicó eltema. Luego preguntó aver si sabíamos de qué nacionalidad era Cristo. Ahí sí respondí por lo bajo, que sí, que era palestino. Creo que me oyó, no le hizo mucha gracia, pero porl o menos conseguí que nos dejara de dar la murga. ¡Pesado!


Y ese día sí, como acabé pronto, y, como bien sabéis, descansé en la playa, a la noche salí a tomar algo, a ver el ambiente, que era Aberri Eguna y víspera de fiesta. Quería haberlo hecho el día que subí al Taranaki, pero estaba muy cansada...
No había mucha gente, la que había estaba en los restaurantes, y un numeroso y animado grupo de jóvenes patinaba en una pista de hielo portátil, con música como de autos de choque.
Fui a un irlandés y pedí una caña. Me dijo que tenía que comer algo, que tenían licencia de restaurante y para beber hay que comer. Menos mal que salía con esa intención... porque bares como los entendemos nosotros hay pocos (¿ninguno?). Total, que le dije que no se preocupara, y que me pusiera la caña. Nada, hasta que no pedí lo de comer, no hubo caña. Será que por aquí también van por los bares inspectores estrictos. Y no me dio ticket.