sábado, 20 de diciembre de 2014

ROMA IV


Ha sido el día del Vaticano. Hemos ido dando un paseo por el Gianicolo, una de las 7 colinas de Roma. Desde esta colina se pueden ver estupendas vistas sobre Roma. Aquí está la Academia Española y la Embajada. Por cierto, que tanto en esta Embajada como en la que tienen ante la Santa Sede en la Plaza de España sólo oneda la bandera española, ni la italiana ni la europea. ¡Y a nodotros dándonos la murga todo el rato con la Ley de Banderas!


La visita a San Pedro y a los museos vaticanos ha sido estupenda. Poquita gente (no había cola en los museos, me podía haber ahorrado los 4€/pax de haber cogido las entradas por internet), lo que nos ha permitido deambular a gusto por la Basílica, andar tranquilos por los museos y sentarnos sin agobios en 4 sitios diferentes frente a los frescos de la Capilla Sistina para poder apreciar todos los detalles. ¡Un gustazo!

Siempre que visito edificios imponentes pienso en lo mismo. Da igual que sean basílicas imponenetes, grandiosos palacios o ricos museos. ¿Cómo sería la vida de los obreros, artesanos, sirvientes de aquellas épocas? Da igual que sea en el Vaticano, en la galería de Doria Pamphili o en el Palacio de verano de Sisi. Entonces no habría registros, ni siquiera se le daría importancia, pero ¿cuánta gente moriría y cuánta malviviriría para que nosotros podamos ahora contemplar todo este arte?

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