lunes, 12 de agosto de 2019

PIRINEOS 2019: CAPCIR



Capcir es una comarca situada en el sur de Francia, en el departamento de Pirineos Orientales, en la región de Occitania. Hasta la firma del Tratado de los Pirineos formó parte de Cataluña, y más concretamente del condado de Cerdaña. Limita al norte con los departamentos de Aude y Ariège. Está situada al nordeste de la Cerdanya, al noroeste del Conflent. El río Aude la riega de sur a norte. Es ese Pirineos de roca, pinos, abetos y lagos que nos encanta. Mantiene cierto poso lingüístico y cultural catalán a pesar de la prohibición de dicha lengua en documentos oficiales so pena de invalidar el contenido impuesta por Luis XIV, El Rey Sol.

Por allí hemos andado este año, 5 días de caminata que empiezan y acaban en Merens les Vals. Hemos batido todos los records: 22 personas caminando, 4 personas (el equipo de siempre) en la intendencia. Pero todo ha fluido bien, la aglomeración no ha provocado el mínimo roce.


El primer día, a menos de 30 minutos del comienzo, encontramos unas piscinas naturales sulfurosas. Nadie hizo el mínimo amago de meterse, por lo visto en el monte una sólo se puede bañar en aguas gélidas. Para ser el primero, fue potente. 1200 m de desnivel, y mochila para dos días porque la furgoneta de la intendencia no llegaba hasta el refugio. Pero se hizo llevadero porque cada dos por tres había algún lago o poza donde quien quisiera aprovechara la ocasión para darse un baño. En agua fría, por supuesto.


El segundo día nos dio tiempo justo justo para llegar a un collado y terminar la única subida del día antes de que empezara una incesante, pertinaz e intensa lluvia que nos acompañó casi todo el resto de la jornada. Así que pasamos de subir una cumbre optativa que entraba en el plan y paramos sólo 10 minutos para comer algo rápido con el objetivo de llegar al siguiente alojamiento lo antes posible. Menos mal que era un hotel, con habitaciones para cada 3 y un baño en cada habitación. Así y todo, nos las vimos y nos las deseamos para que se secaran las cosas, sobre todo las botas, para el día siguiente. La intendencia acudió al rescate con una caja llena de periódicos que ayudaron bastante. Si es que están en todo...


Al día siguiente amaneció espléndido. Reanudamos la marcha. Primero parada al lado de un precioso lago. Nadie movió un dedo por bañarse esta vez. Hacía un frío que pelaba. Con deciros que me cambié y me puse los pantalones largos y casi toda la ropa que llevaba en la mochila... Y a falta de guantes, que se quedaron en casa (un fallo técnico lo tiene cualquiera) guardé los palos y caminé con las manos en los bolsillos.

Se ve a la gente muy abrigada. Y sí, Doña Rogelia viajaba con nosotros...
Al refugio del tercer día tampoco llegaba la furgoneta. Pero esta vez no nos dieron la consabida bolsa de picnic en el refugio, no. Mucho mejor. De camino pasamos por una zona cercana a un aparcamiento, y a la vera de un río, con cervezas frescas y un picnic de un nivel que no os podéis imaginar, nos esperaban Ana y María, todo detalle y eficacia. Hay cosas que son impagables.


Ese día pasamos por la Reserva Nacional de la Fauna de Orlu. Vimos algunos rebecos desde el refugio, y algunos vieron marmotas. Yo no tuve esa suerte. La verdad es que desde el aparcamiento mencionado, y sin gran esfuerzo, se llega a una amplia zona de praderas perfectas para el dominguerismo. Fue el día que más gente vimos. Obvio.


El último día la ruta transcurrió por un bosque. Algunos se dedicaron a la recolección de setas. En la Gite de Etape en la que nos alojamos tanto el día de llegar como este último nos dejaron usar la cocina para que nuestro experto setero nos preparara una pequeña degustación. Y, justo antes de acabar, vimos un desvío que señalaba las piscinas sulfurosas. Parte del grupo no nos lo pensamos y allí fuimos. Una estupenda manera de acabar. Calentitos y relajados.

Aquí estamos, la tropa al completo.


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