Lago Bled |
Bled es LA postal de Eslovenia. Un lago turquesa con una iglesia sobre un islaote en medio y un castillo en un acantilado. En el s. XVIII el dueño del csstillo valoró desecarlo para aprovechar la arcilla para hacer ladrillo. Un visionario, vamos. Menos mal que un médico suizo tuvo mejor visión, abrió unos baños medicinales, y hasta hoy. No hay centímetro de la orilla del lago sin explotar: clubes de remo, servicios hosteleros, urbanizaciones... Pero a pesar de lo turístico, es una visita obligada. Es muy chulo, y muy agradable de pasear. Lo que es Bled pueblo ni mencionarlo, nada que merezca la pena.
En el libro de rutas que compramos Espe y yo en nuestro primer intento de venir a los Alpes Julianos recomiendan una ruta que pasa por lo que los autores denominan el mejor mirador sobre el lago, Mala Osojnica. Estuve estudiando las opciones, y di con una opción circular que permitía pasar por dos miradores sin hacer mucho desnivel. Consiste en seguir las indicaciones a Osojnica, y luego seguir al siguiente mirador. En los planos que te dan se ve la opción circular. Si lo haces así, te toca bajar ese tramo de escaleras, no subirlo. Toda la ruta va por bosque, y de vez en cuando se vislumbra el lago. Super.
Total, que allí fuimos. M José consintió en hacer la ruta un poco a regañadientes. El desnivel fue mayor del esperado, habida cuenta de nos equivocamos en un cruce y acabamos subiendo un monte, Velika Osjnica,730 m. Teníais que escuchar a M José diciendo que le dejara escribir en el blog, que en el trío buena sólo era una (ella, claro), y que quién le mandó hacerme caso.
Lago Bohinj. |
Después, fuimos a la isla en una embarcación tradicional de remos que el barquero conduce de pies, es muy curioso ver cómo reman. El viaje sale un poco caro (15 €/pax) pero es una experiencia.
A la tarde cambiamos de lago. El lago Bohinj no tiene nada que ver con el de Bled. Es más natural, más agreste, no está urbanizado y la gente va allí a practicar deportes varios. En su orilla se encuentra la iglesia, San Juan Bautista a lo mejor habría que llamarle ermita si no tuviera un gran campanario. Es pequeña pero alberga unos bonitos frescos. Se puede pagar sólo por la iglesia, o 5 € si además quieres subir al campanario. No lo sabíamos, pero desde allí, si no está nublado, se ve el Triglav. Es lo más cerca que he estado del dichoso monte, y eso que era uno de mis objetivos.
Nos alojamos muy cerca de Bled, en Koritmo. Apartamentos BioFit, fácilmente encontrable en Internet. Estuvimos superagusto. La dueña es majísima. Como hay que presentar siempre los carnés, se dio cuenta de que era el cumpleaños de Eva y le regaló una tableta de chocolate. Un detalle. Y acertó de pleno.
Además, nos explicó donde aparcar lo suficientemente cerca del lago Bled pero sin tener que pagar, que le cogimos vicio a eso de no pagar el parking. A 5 minutos del lago, un poco cuesta arriba a la vuelta, está la estación de tren de Bled. Y sitio para aparcar sin problemas. Cualquier otro sitio más cerca sale a 3 € la hora.
Vistas desde el balcón. |
Este día me quedó la única pena que he tenido en todo el viaje. El plan abarcaba una ruta por la tarde a las cascadas Savica, que entra un poco al Parque Nacional del Triglav por el sur, por el oeste del lago Bohinj. Pero la climatología adversa y que M José se dejó el móvil en la isla del lago Bled y que tuvimos que esperar a que el amable barquero lo rescatara impidieron la incursión.