Y no sabía yo bien de lo que hablaba cuando dije que estaba preparada para la avetura. Y sin salir de Bilbao.
La cosa es que viajamos dos adultos con el hijo de otros amigos, Héctor, menor de edad.
Héctor and family pasaban a recogerme primero a mí y después a Natxo. Intención: llegar con dos horas al aeropuerto para andar tranquilos, no fuera que hubiera problemas con los papeles del menor.
Segun estamos recogiendo a Natxo, se dan cuenta que se han olvidado una mochila. ¡En Vitoria!
Nos dejan en el aeropuerto y se van zumbando para casa. Mientras, facturamos, hacemos tiempo para pasar elcontrol de seguridad... -
¿Cómo vais? ¿Dónde estáis?- -Que no llegamos antes de las 12:45-... Y el avión tenía que salir a las 12:55
¡Imposible!
Hablamos con los del control de seguridad. Ninguna forma de que nos pasem la mochila sin salir uno de nostros. Hablamos con las azafatas del embarque. Nos pueden esperar hasta menos cuarto, pero no más. Vértigo, hay que apurar mucho...
-Que ya estamos a cinco minutos, ya llegamos. Nos vemos en la puerta de entrada.- Le digo a la del embarque que voy y vuelvo en 5 minutos, pero que me garantice que me esperan, claro.
Salgo corriendo, bajo a la puerta 4, cruzo lo de equipajes, salgo a la calle. ¡No están! ¡Ah! Que hemos dicho en la puerta de Salidas. Corro. -
¿Por dónde se sube?- -Por el ascensor-. ¡No les veo! Son y 46, tengo que vover a entrar. Paso la primera puerta, donde te controlan la tarjeta de embarque. Falla Vuelvo a probar. Vuelve a fallar. De pronto me inspiro: -
Es que ya había entrado antes..- -Vale, pasa- Y suelta la cinta. -
Idoia, que ya estamos.- -Dile a Imanol que corra hacia la derecha, hacia el control de seguridad-. -No le veo, Fuen, tengo que entrar, no puedo esperar más...- -¡Ya le veo!- Cuelgo.
-¡Imanol! Corre, pásame la mochila- Ni me despido. Voy al control al grito de:
¡esto es una emergencia, mi avión sale en dos minutos!. Siempre hay alguien que contesta:
el nuestro también. Mirada asesina y un
Calla, no tienes ni idea de lo que estás hablando, no tengo tiempo para más. Paso sin problemas, la gente suele ser mayoritariamente maja, sigo coriendo, y llego a meta!!! Todavía no había entrado el último pasajero. Hacía tiempo que no vivía una situación tan crítica. Y Natxo, mientras, frito.
Cometario de la azafata del embarque: ¿por qué siempre tienen que ser las madres las que arreglen las cosas? Pobre, si supiera que ni madre, ni padre ni espíritu santo....
Y aquí nos veis, al matrimonio de mediana edad y a la criatura, recién llegados a Skardu, sin parar en Islamabad. Nos ha venido mejor así, pero más de 24 horas sin salir de aviones o aeropuertos. Estamos molidos. Mañana empieza la verdadera aventura, ¡sólo espero que sea más relajada!