La organización, la de siempre. Y. como siempre, impecable. El momento estelar fue el final de una de las etapas, en las que nos estaban esperando con cerveza y algo para picar. La compañía, la habitual. La ruta, llena de lagos, demasiado fríos para mí pero no para el resto que han disfrutado como chiquillos. Hemos andado por la Reserva Natural del Néouvielle , un verdadero santuario de la naturaleza, una joyita repleta de lagos. Estaba en plena primavera. Las recolectoras del grupo han andado felices: fresas, arándanos, algunas grosellas.. La fauna terreste no la hemos visto, tan sólo hemos oído alguna que otra marmota a lo lejos.
Refugio La Glere |
La furgoneta de la intendencia no llegaba a uno de los refugios, ese que veis en la foto. Así que hay que cargar con una mochila algo más pesada: saco sábana, neceser... Y en mi caso el saco de dormir y una esterilla, porque mola dormir en la calle. Nos tocó el día del eclipse. No pudimos ver nada, porque para cuando la luna apareció por encima de las montañas, ya era tarde y el eclipse se había acabado. Siendo llena como era, la luna nos impidió ver las estrellas. Una pena. Pero así y todo, siempre mola dormir a la intemperie.
El Lago Azul |
El tiempo nos ha acompañado. Quitando el primer día, que nos mojamos un poco al final de la ruta, un sirimiri que recibimos agradecidos por el calor que habíamos pasado. La tormenta gorda cayó cuando ya estábamos a buen recaudo. Nos mojamos para ir al bar. El supergore que me regalasteis algunos no ha salido de la mochila. Ha viajado a Islandia con Eva, al Cáucaso con Espe, pero yo sigo sin usarlo. Unos 20 minutos el verano pasado en Pakistán. Si la cosa sigue así, tengo goretex para los restos.
Descansados y limpios. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario