martes, 15 de noviembre de 2016

HUELGA DE DEBERES

Urdaibai: también he tenido tiempo para el ocio

Lo que nos faltaba. Ya me dio qué pensar en su día, pero ahora que estoy en Sukarrieta, pasando 4 días full time con mi clase, le he dado un par de vueltas.
Resulta que a los padres y las madres les ha dado por hacer huelga de deberes. De momento ha sido un fin de semana, pero amenazan con ampliarla. Hay que joderse.
Vamos por partes:
Punto 1: los deberes los hacen (los deberían hacer) los alumnos, no sus familiares. En la mayoría de los casos, los deberían de hacer de una manera autónoma, sólo hay que hacerles sentir que se les valora el esfuerzo y que nos interesa lo que hacen. Forma parte de la nueva cultura del aborregamiento de la juventud el que sus padres están eternamente controlando lo que tienen que hacer y cuándo lo hacen. Habría que abolir los grupos de whatsapp de familias de la clase. Y que los alumnos y alumnas apechuguen con las consecuencias que su dejadez acarrearía.
Punto 2: hay cantidad de aprendizajes que necesitan de la repetición, de la mecanización de procedimientos, de la tan denostada memorización. Hacer eso en tiempo lectivo es prácticamente imposible. A lo mejor lo que pasa es que cuesta buscar ese hueco entre un montón de actividades extraescolares a los que no tiene  ningún reparo en apuntar a las criaturas, porque eso no les supone a las familias ni preocupación ni dedicación, es más, les deja tiempo libre para su ocio. Pero tener que ayudar o controlar si hace los deberes exige un esfuerzo.
Punto 3: ¿la criatura lleva muchos deberes porque se los han mandado así, o porque no ha aprovechado el tiempo en clase y lleva trabajo extra que el resto ya ha realizado? No, es mejor pensar que el profesorado se pasa cuatro pueblos.
Punto 3: hay quien tiene dificultades de aprendizaje y necesita una dedicación extra, seguimiento personal, actividades de refuerzo... y no me parece que sea mucho pedir que las familias dediquen parte de su tiempo a ello, o sea, al buen desarrollo intelectual de su progenie. ¿O también van a hacer huelga de eso?
Punto 4: eso coloca a los alumnos en un dilema: ¿a quién hago caso, a mis padres o al profesorado? No me parece conveniente ponerles en esa situación, que, aunque no os lo creáis, no siempre se decantaría del lado de los padres.

Ahora vamos a ponernos en otra tesitura. Vamos a ser el profesorado los que nos pongamos de huelga. No de huelga convencional, sino de huelga de todo eso que hacemos porque nos da la gana (me da igual que sea por motivos didácticos, de dedicación personal, porque pensemos que la educación engloba algo más que la instrucción...), esto es, todo lo que hacemos que no entra en nuestro sueldo.
Se iban a enterar. Les dejaremos a las familias los museos, las salidas organizadas, la educación vial, emocional, sexual o cualquier otra educación que se os ocurra y que ha recaído en los centros escolares todavía no tengo claro cuando ni por qué. Nos remitiremos a enseñar, a transmitir conocimientos, y les dejaremos a las familias el resto. Como decían en la convocatoria de la huelga, que vayan a museos, que cocinen o que hagan cualquier tipo de actividad cultural o deportiva en familia, que viajen los fines de semana... Ya os digo yo que se les acaba la tontería de la huelga de deberes antes del primer mes y que nos piden a gritos que volvamos a lo de siempre.

Si es que el anuncio de Ikea ha hecho mucho daño...

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