El Museo de la Ciencia y la Industria es una amalgama de diferentes antiguos pabellones industriales dedicados en su mayoría a la industria del tejido de algodón, origen de la expansión económica de Manchester. Aquí se trabajaba y comercializaba más del 50% del algodón mundial. Explican cómo funcionaba la maquinaria, la cual ponen en marcha, y las condiciones laborales de los trabajadores, desde niños y niñas de 5 años hasta adultos que no llegaban a viejos. No me extraña que aquí surgiera el sindicaslismo. Aquí está, también, la primera estación de tren para pasajeros.
El Museo de la Historia del Pueblo es un pequeño museo dedicado a la evolucion de la sociedad inglesa en general y la mancuniana en particular, y refleja las formas de vivir y las costumbres de sus gentes. Aunque es un poco caótico (unas flechas para seguir el orden cronológico se agradecerían) explica los cambios bastante bien, y con un poco de vista bastante progresista, por no decir izquierdoso, lo cual es novedad en un museo público.
El edificio de la Bolsa, con la sala diáfana más grande de Inglaterra, donde se comercializaba todo el algodón, lo han dejado tal cual, pero en su interiror hay ahora un teatro construido a base de mecanatubo, espectacular.
La Biblioteca John Rylands conjuga perfectamente una entrada y un anexo moderno, con un edificio gótico victoriana lleno de corredores con estantes repletos de libros y manuscritos antiguos. Los báteres están tal y como los construyeron hace más de 100 años.
La Biblioteca Chetham es la biblioteca más antigua de Gran Bretaña. Es otro laberinto de estancias y estanterías y alberga la sala donde Marx y Engels se reunían para investigar y donde sentaron las bases de su Manifiesto Comunista.
Además está el Museo de la Guerra, al que no entramos pero sí nos acercamos a ver, ya que el edificio es espectacular. El entorno, en Saldford, es una orgía de edificios modernos. Cerca, se alza el mítico Old Trafford, estadio del Manchester United. Por cierto, hubo derby ese fin de semana, y se palpaba el fútbol en el ambiente. También está el Museo de Fútbol, al que obviamente no entramos. Y algún museo de arte, el ayuntamiento, la Biblioteca Central, la Catedral...
Salfdor: paraíso del metal y el vidrio |
High Tea: dimos buena cuenta de casi todo |
Me quedo con la pena de haber ido a algún concierto. Hicimos un intento de ir a una fiesta alternativa, con una serie de conciertos a lo largo de la noche, pero la entrada era cara y no teníamos cuerpo de aguantar mucho. Me río yo del movimiento alternativo, quente cobran 14 £ la entrada y te cachean a la entrada... Como premio de consolación había actuación en el pub donde fuimos a tomar algo. Menos es nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario