La montaña es gratificante. Yo ya sé que muchos no lo entendéis, pero yo lo vivo así.
Pero también es verdad que en los montes se encuentran otras cosas, como unos maravillosos refugios, con gente encantadora (en este caso, no siempre es así) en la se pueden reponer fuerzas, y, sobre todo, líquidos.
Esos momentos, con el cansancio acumulado, si las circunstancias son propicias con el sol calentando, y en buena compañía, son inolvidables.
Derivado del original "No todo el monte es orgasmo"
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