jueves, 7 de marzo de 2019

THELMA Y LOUISE CONDUCEN DE NUEVO


He tenido puente por carnavales. Sólo puente. Nada de Semana Blanca. Este curso el calendario no daba para más. Después de celebrar carnavales en el centro, de hacer, dignamente creo, el ridículo bailando Grease delante de todo el alumnado, Espe y la menda pusimos rumbo a Isaba.


Llegábamos convencidas de que no íbamos a tener mucha nieve. Ha hecho tanto calor por estos lares que nos habíamos hecho a la idea de que ya se habría derretido toda la nieve caída. Cogimos las raquetas porque Espe se empeñó, "en el coche no molestan", pero ella no cogió polainas ni crema de sol, y yo no les puse las rosetas a los palos, tal era nuestro convencimiento sobre la falta de nieve.
Y de eso nada, como ya habréis adivinado viendo las fotos que acompañan esta entrada.
No hemos realizado grandes rutas. Andar con raquetas cuesta más que de normal, y yo estaba mentalmente perezosa y me he visto en baja forma. Pero cada día hemos andado entre 8 y 10 kilómetros, y hemos desnivelado entre 400 y 600 m. Parece poco pero con nieve todo es más trabajoso.


Contienda-camino al Arlas: el primer día repetimos una ruta que ya habíamos hecho con Pedro, aunque aquella vez yo me rilé antes y me paré en una loma mientras ellos seguían adelante. Esta vez me he esforzado un poco por no dejar sola a Espe, pero acabó sucediendo lo mismo, aunque más adelante. No había mucha gente, y la sensación de solemnidad que daba el paisaje absolutamente nevado era sobrecogedora.
Collado de Linza (1936 m.)




Linza-Lapakiza: cuando al día siguiente llegamos al refugio de Linza flipamos. Estaba lleno, petado de coches. Nos encontramos con que había una carrera de musher, algunos con trineos, otros con esquíes... Algunos llevaban 6 perros, otros dos... Era una prueba de velocidad y las razas de perros eran variadas, había más que los típicos huskies. Si por Espe hubiera sido hubiéramos llegado hasta la cima de Lapakiza, pero mi pereza seguía muy presente, y la prudencia hizo el resto. Un pareja que nos encontramos nos dijo que el último tramo por lo menos era para crampones.


Zuriza-aproximación al refugio de Chipeta Alto: y digo aproximación porque no llegamos, esta vez por cuestiones de orientación y tiempo. Tiempo del reloj. Del otro no tuvimos problemas. Habían dado malo por la mañana, pero al final no llovió, y hasta salió el sol a ratos. Pero visto el pronóstico, la víspera decidimos tomárnoslo con calma: nada de despertador, desayuno más tranquilo que lo habitual, algo de compra para cenar... Eran casi las 11:30 cuando empezamos a caminar. Fue una ruta de pon raquetas-quita raquetas continuo. La verdad es que andar sobre los pies mola cuando llevas tiempo andando con las raquetas. Eso sí, a pesar de que estaba perfectamente marcado, era seguir la GR-11, conseguimos salirnos del camino y perdernos un rato. Cosas de la nieve, que oculta senderos y muchas de las marcas.

Bosque de Gamueta: bosque de abetos y hayas, una ruta propicia para una mañanera. Después había que volver a Bilbao. La hicimos circular pero no como indicaban las señales: las expertas montañeras innovamos y conseguimos volver al coche sin pisar la carretera. La ruta mandaba 1,5 km mínimo por ella y conseguimos saltarnos esa parte, que conste que sin querer y tras habernos perdido nuevamente. También tuvimos nuestros ratos de pon raquetas-quita raquetas.


Total, un estupendo finde de desconecte, ejercicio físico y tranquilidad. La pereza mental me la ha sacudido Espe. En parte. La otra parte me la ha sacudido el buen tiempo y la espectacularidad del paisaje. Y el esforzarme por no ser un lastre para Espe. Pero recuperar la forma va a darme más trabajo, tendré que esforzarme si quiero disfrutar en Pirineos este verano. En fin...