miércoles, 22 de febrero de 2017
A VUELTAS CON EL INFORME PISA
Aquí seguimos, a vueltas con los resultados del informe PISA. Hasta ahora habíamos salido bien parados, o, cuando menos, mejor que otras comunidades del estado, con lo que hemos vivido felices como perdices. Da igual en qué escalafón estés, siempre que sea más alto que el de los vecinos. Pero esta última edición hemos pinchado. No sólo hemos dado peor, hemos quedado por debajo de la media española. ¡Imperdonable! Y hay que hacer algo, inmediatamente, nada de esperar a ver si esto es una tendencia, nada de analizar programas, currículos, ratios, servicios pedagógicos complementarios, tasa de abandono escolar... de los países y comunidades con las que nos comparan. No, hay que hacer algo ya, que en este nuestro pequeño país todos los grupos políticos se han lanzado a hacer un análisis sereno, desde una perspectiva nada politizada y con una visión no sesgada, no, siempre con intención de colaborar a una mejor educación de la juventud y no de sacar partido a la situación.
Y puestos a hacer, nuestra Consejera de Educación ha decidido que hay que mejorar la formación del profesorado y que van a implementar una prueba de acceso a Magisterio (como si la nota de corte de 8,5 fuera poco nivel). Y digo yo: fenomenal, que nos formen. Que sin esa formación hemos hecho frente a unas cuantas reformas educativas. Desde que yo estoy en la docencia he pasado por la LOGSE (1990, donde se estableció la ESO -que comenzó en el 96- y la obligatoriedad hasta los 16 años), la LOCE (2002, donde se establecían diferentes itinerarios al final de la ESO, para contrarrestar los problemas que surgen de la diversidad que había en las aulas como consecuencia de la escolaridad obligatoria hasta los 16), la LOE (2006, que deshace parte de la LOCE) y la LOMCE (o Ley Wert, en 2013, que recupera parte de la LOCE). Todas con sus correspondientes cambio del currículum, de asignación horaria de materias (algunas van y vienen como el Guadiana)... Como complemento a tanto despropósito, sin formación específica también hemos hecho frente a la llegada de las TIC, tecnologías de la información y de la comunicación, o sea, uso de ordenadores e internet, lo que ha provocado cambios metodológicos de calado. Y, entre tanto, dos colectivos afectados: el profesorado, que hace frente a todo ello como buenamente sabe y puede, con unos ratios cada vez más elevados y una diversidad cada vez más heterogénea y variopinta en intereses, capacidades, trastornos y síndromes de todo tipo; y el alumnado, cada vez más idiotizado por esta sociedad que no premia el esfuerzo ni valora la dedicación. Mejor se lo damos todo hecho, no vaya a ser que tengan que pensar. ¿Imagináis lo que podríamos conseguir con un buen plan de formación? ¿Incluirá ese plan una escuela para padres y madres, también obligatoria? Porque no hay aprendizaje sin proceso interno, y nada puede sustituir al lento y duro proceso del trabajo y la disciplina cuando se trata de aumentar las capacidades intelectuales. Y en eso la situación socio-cultural de las familias son de mucha ayuda.
Un poco de información objetiva: PISA es un programa de evaluación internacional promovido por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) que se realiza en 72 países (los 35 que están en la OCDE, más 37 países invitados). Se evalúan competencias y habilidades, no conocimientos curriculares: lectura, ciencias y matemáticas, aplicadas a situaciones cotidianas, tomando muestras aleatorias de estudiantes de 15 años, independientemente del curso en el que estén. En nuestro caso, que resultamos elegidos para pasar a prueba esta edición tan polémica, de los 47 elegidos 17 no estaban en el curso que les correspondía. De hecho, algo menos de la mitad estaba dos cursos por debajo. Hay un fuerte debate sobre la intención final de esta evaluación (¿qué pretende la OCDE con esto?), sobre si es acertada la elección de las materias que se evalúan (deja fuera la filosofía, el arte o las ciencias sociales) y sobre si las habilidades y competencias que se miden son algo que se pueda atribuir exclusivamente al proceso escolar o son capacidades generales que se van adquiriendo a lo largo de la vida a través de la experimentación y la interacción social.
Os dejo con una pequeña muestra de preguntas del informe Pisa del 2015. Ya me diréis cómo os ha ido y cuánto habéis tardado en responder. Y después imaginaros a cualquier adolescente, haciendo ese esfuerzo para que Euskadi quede bien en el ranking de los países desarrollados. ¡¡¡¡JA!!!!
http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/20161206-preguntas-informe-pisa-2015-5673464
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