Tio Facun eta Tia Miren, 71 urte elkarrekin |
Nire txikitako oroitzapen asko Tio Facunekin (eta, nola ez, Tia Mirenekin) lotuta daude. Zazpi bat urte izango nituen euren Zilarrezko Ezteiak ospatu genituenean. 25 urte geroago, Urrezkoak ospatu genituen. Berandu ezkondu zirelako, bestela Diamantezkoak (hala dira?) ere beteko zituzten!
Hilekoa ere bere etxean nengoela eduki nuen lehenengo aldiz. Hori bai, ez nion berari ezer ez esan, hori emakumeen kontua zen...
Txikitako denbora haietatik hona, hamaika gertakari, mila pasadizo. Azkena, oraintsu. Bisitetako baten Tia Mireni deklaratu zitzaioneko abestia kantatu zigun, Gabon Gauean egin zuen antzera. Hunkigarria.
100 urte egin zituenean. |
Sólo tuvo un hijo, pero su casa siempre estuvo llena de chiquillos y más tarde de no tan chiquillos. Nosotros, los de Deusto, porque íbamos a su casa de Getxo cada vez que teníamos vacaciones. Semana Santa, Navidad y verano de un montón de años, hasta que nos pudimos quedar solos en casa; mis padres trabajaban los dos y allí que nos instalábamos los cuatro. Durante el curso, mis primos de Vitoria, que se quedaban allí mientras estudiaron la carrera. Algún año se les sumó otro primo de Mendaro. Mis otros primos de Getxo, cada vez que querían, no necesitaban excusas, porque sólo tenían que atravesar un jardín para ir a su casa.
Entre todos hemos acumulado un gran número de recuerdos, una vida tan larga da para mucho: los domingos de monte; las veces, que sepáis que tienen que ser 100, que nos "obligaba" a masticar para tener una mejor digestión; los detalles de fechas y descripciones con que adornaba todo lo que nos contaba, que era mucho y variado, para eso había vivido repúblicas, guerras, dictadura y el inmenso cambio en todos los ámbitos de la sociedad a lo largo de todo un siglo; la copa de coñac que tomaba después de una celebración, y que calentaba en un soporte para después flambear, nos fascinaba, nos parecía lo más... Más tarde, los abrazos sentidos y verdaderos que nos daba cuando íbamos a visitarles, el interés y la preocupación por todos los nuevos miembros de la familia, la siguiente generación, sin olvidarse de ninguno. Y su frase sobre las matemáticas: las matemáticas se estudian con mucho lápiz y toneladas de papel. Voy a hacerla mía, a ver si logro inculcársela a mis adolescentoides.
Recuerdo especialmente sus batallas laborales. Su primer sueldo fue de 13 ptas, en unos tiempos en los que se trabajaba todos los días, sí, todos, incluidos sábados y domingos. Poco a poco se fue consiguiendo librar los domingos, luego los sábados a la tarde... A mí lo que contaba me parecía la prehistoria!
Durante mi año sabático, pasados ya sus 100 años, me ha seguido a lo largo y ancho del planeta, y a la vuelta, cuando iba a visitarle, siempre me ha aportado algo, bien porque él conocía los lugares (han viajado mucho), bien porque había leído algo sobre ello. Akordatzen zara Miren, "ez dakitnon" egon ginenean? Mi Tía Miren no se acordaba, claro, es Iriondo, como yo, y nos debe ir en los genes la falta de memoria. Pero él era como una enciclopedia, si algo era el Tío Facun era un hombre muy culto, un hombre instruido. Viajar (mientras pudo), leer y escuchar música clásica fueron sus grandes aficiones. Cantó en la Coral de Bilbao, y ha terminado siendo el que más años ha sido socio, y el mayor de todos. Al final estaba bastante ciego y muy sordo, y también tuvo que arrinconar esas aficiones. Una pena. Y era tranquilo, muy tranquilo, no recuerdo, creo que nadie recuerda, haberle visto enfadado. Y lo ha seguido siendo. Y con esa tranquilidad, con esa sabiduría que sólo tienen los ancianos, ha vivido su declive.
El Tío Facun nació el día 13 de agosto de 1913, en el n° 13 de la calle Alfonso XIII. Parece que el 13 fuera su número, ya os he contado que su primer sueldo fue de 13 pesetas. Para terminar con un guiño a los números, nació un 13 de un mes de 1913, y ha muerto el 16 de otro mes del 2016.
Tio Facun, gutariko askorentzako erreferentzia, eredu eta sostengu izan zara. Honekin omenaldi txiki eta xume bat egin nahi izan dizut. Betira arte!!!
Se nos ha ido un trozo de vida... Él, la tía Miren, su casa en Getxo, forman parte íntima del paisaje de la infancia y de la adolescencia, pero después ha seguido ocupando un sitio central en todo lo que ha seguido, hasta el momento mismo de la muerte anteayer... Acababa yo de llegar a Górliz, a hacer un apaño en un cuello que no tiene arreglo, tenía justo delante el mar, salvaje esos días, precioso, de repente un sonido, "Tio Facun hil da" leo... Ay... Parecía que iba a ser eterno, aunque sabíamos que se moría... Las lágrimas casi tan saladas como el mar que tenía delante... Un hombre entrañable, un hombre bueno... Cuando fui a su casa al salir de Górliz y le abracé a la tía Miren, llorando los dos, me dijo, "se me ha ido el hombre más bueno de Euskadi". Qué fantástico decir eso, después de 70 años con él... Como dice Idoia, no le recuerdo nunca una palabra más alta, un desplante, un enfado... Un Señor, culto en el sentido más amplio de la palabra, siempre en su sitio, bien vestido, discreto, con la palabra amable, acogedor en todos los sentidos, un estilo de hombre, de persona, que se está extinguiendo de tan modernos y tan progres y tan alternativos y tan guays y tan rematadamente gilipollas que somos... Mi tío, mi padrino, que como siempre cuento, me llamó un día con los 90 años avanzados diciéndome que estaba leyendo en el National Geographic, en inglés, of course, un artículo sobre las sinapsis neuronales y no lo entendía bien y quería que le aclarara algunas cosas... Pena no parecernos más a él...Un trozo de nuestra historia que se nos va... Y nos queda la tía Miren. ¡¡Cómo te queremos, tía Miren...!!
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