Auckland es una ciudad de 1,4 millones de habitantes, muy muy extensa. Sólo hay rascacielos en el centro, cerca del puerto, y esa es la imagen que se vende. Pero paseando por sus amplias calles, edificios modernos se intercalan con otras de época colonial o victoriana, y eso da un curioso resultado.
No es especialnente atractiva aunque parece una ciudad amable: apenas se oye el tráfico y tiene muchos parques y colinas, antiguos volcanes desde los que divisar la ciudad desde una buena perspectiva. De hecho, nosotras comimos sentadas en la hierba de uno de esos parques, super a gusto. Mucha gente, incluidos corbatudos y señoras de traje ceñido y taconazo, también lo hace. En dicho parque se encuentra la Universidad, pequeños edificios desperdigados entre un exhuberante verdor, dan ganas de volver a estudiar y buscar un intercambio.
De noche gana mucho, los carteles luminosos y los edificios encendidos le dan un aire a Nueva York.
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Vistas desde la terraza del hostel |
Y están sus gentes, variopintas y multiraciales. Es la ciudad donde viven más maoríes de toda Nueva Zelanda, y donde se ha aposentado el mayor número de habitantes de origen polinesio. También se podría hacer un estudio sobre diferentes rasgos asiáticos.
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¡Esto es hacer bookcrossing! |
Eso sí, nos damos una caminata pronto por la mañana para ver el mercado de pescado y ¡qué decepción! Un recinto pequeño, con la mayoria de los puestos sin colocar todavía... ¡Como se enteren en el mercado de la Ribera de esto nos cambian los horarios!