martes, 25 de agosto de 2015
AMSTERDAM I
Apurando lo que me queda de sabatismo, he venido con unas amigas y un amigo (a partir de ahora en femenino plural todo el rato) a visitar Amsterdam.
El primer contacto es satisfactorio, aunque es casi de noche cuando salimos después de instalarnos y llueve. Esperemos que mejore la cosa. Eso sí, si en Berlín estuve a punto de ser arropellada unas cuantas veces por sendas bicicletas porque no distinguía bien el carril bici, y en Huelva parecido porque el bidegorri era verde y la acera roja (¡dónde se ha visto!), aquí voy a tener que andar muy al loro porque los carriles bici abundan por doquier. Una diferencia fundamental: los biciclistas se paran en los semáforos y en los pasos de cebra. Hamaika ikusteko jaioak gara!
ONGI ETORRI, ALEX!!!
Por fin tenemos criatura nueva en la cuadrilla. Haciéndose bastante de rogar, en el ritmo parece que ha salido a padre, el día 21, tan tarde que ya era 22, Alex tuvo a bien dar un poco de descanso a María y nacer después de 14 horas de parto.
ZORIONAK BIKOTE!!!!!
ARRIBES DEL DUERO
Camino de Bilbo, paramos una semana en la zona de los Arribes del,Duero, provincia de Zamora, donde el Duero hace frontera con Portugal. Una zona muy chula, aunque para hacer las rutas que hay por allí sería mejor venir en cualquier otra época del año. Cuando hemos estado nosotros, por lo menos, el calor ha sido asfixiante y no me parece muy recomendable ponerse a caminar.
Pero hemos hecho nuestros pinitos y hemos encontrado zonas muy guapas, miradores espectaculares y unas playas fluviales apetecibles con una temperatura en el agua como para mí. Mi cuñado ha seguido en su línea, cuidando de que recupere todo lo perdido, y en este caso se ha dedicado a echar cosas al fuego en una estupenda barbacoa que había en la casa.
Porque la casita en la que hemos estado es muy recomendable, con una pequeña piscina para refrescarnos (a diferencia del Duero, el agua está tirando para fría) y un jardín estupendo. Un inconveniente: no hay wifi. Pasa una ligera onda de la wifi del pueblo, que sólo captaba la tablet. Y como estamos tan cerca de Portugal, la cobertura era portuguesa, o sea, no tenía guatxap de ese. Me las prometía yo muy feliz después de estar 15 días sin wifi en Huelva. Si ya lo dice el refrán: si no quieres taza, taza y media. He hecho una cura a la fuerza: nada de wifi, nada de guatxap. Y os tengo que reconocer que no lo he llevado bien, qué le voy a hacer, me gusta estar comunicada, escribir en el blog (le he cogido gusto, tengo que pensar qué voy a hacer con él), y tener la información, cualquier información, a mano. Llamadme enferma, pero es como si me faltara algo. Y más los últimos días, que andaba pendiente de la llegada a este nuestro mundo de la criatura de Pedro y María.
martes, 18 de agosto de 2015
RELAX EN HUELVA
Mina a cielo abierto de Rio Tinto |
Sin pedirlo, he tenido mucho más. Fernando, mi cuñado, me ha tenido a cuerpo de reina: ha cocinado casi siempre (las navajas me las he currado yo, las bordo, que conste), me ha puesto el aperitivo, con bermú incluido, y ha ido a por el periódico.
El periódico. He recuperado uno de los grandes placeres de la vida que es leer el periódico en papel, pasando de ediciones digitales, así se lee algo más que los titulares y el consabido vistazo diagonal.
Nuestra playa en marea baja |
No todo ha sido holganza. También he hecho ejercicio con mis sobrinos, incluso he salido a correr con ellos. Y digo salido, porque volver no he vuelto con ellos, os lo puedo asegurar, me dejaban atrás enseguida. Pero he dejado alto el pabellón. Así y todo, creo que he recuperado todo lo perdido este año. Es que las cañitas entran de bien...
Reflejos en el Río Tinto |
Balcones decorados en Ayamonte |
Para visitar la Sierra de Aracena no os recomiendo el verano. No se puede pasear a 40 grados, y eso eligiendo el día de peor pronóstico. Pero Aracena pueblo merece la pena, y tiene unas cuevas, la Gruta de la Maravilla, muy chula.
De la visita al Rocío, qué os voy a decir. No me dejaron entrar porque iba en pantalones cortos. Mi cuñado también, a él ningún problema; el problema estaba, en palabras del segurata al que pregunté a ver qué era corto, en los pantalones excesivamente cortos. Os juro que al monte voy con unos más cortos que los que llevaba, y tengo por norma no enseñar culo... En solidaridad, no entró ningún miembro de la familia. ¡Que se queden con su virgen!
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