lunes, 25 de enero de 2016

SINCERICIDIO

Sincericidio: dícese del exceso de sinceridad del que una llega a arrepentirse porque la persona que tienes delante no tenía ninguna necesidad de oír lo que en ese momento a ti te parece fenomenal comentar. La definición es mía, no creo que venga en el diccionario de la RAE, aunque darle tiempo... Creo que es una palabra que merece la pena acuñar, cosas más tontas han incluido.


La situación ideal para cometer sincericidio consiste en juntarte pocos amigos (no más de 5), hablar de temas trascendentales y/o personales, y que se alargue el bermuteo para el que habéis quedado. Una sobremesa larga también podría servir como escena. En esa situación nunca se sabe cuándo va a saltar esa pregunta comprometida, ese juicio de valor atrevido, ese comentario certero que atacan directamente a la línea de flotación.
A mí me gusta la palabra. Creo que soy sincericida por naturaleza. De hecho, alguna de mis amigas me llama a veces para que le haga de espejo de lo que sea que le ocurre, y así reflexionar sobre la situación. Esos días practico el sincericidio pero con permiso, con todas las de la ley. Aunque algunas veces, cada día más (con la edad me estoy haciendo un poco moñas), aprovecho bien las ocasiones para quedarme callada. Porque aunque entre amigos esto no debiera suponer un problema, no siempre estamos ni dispuestos ni preparados para oir según qué verdades, ya sean ciertas o lo que los demás consideran como tal.
De hecho, así perdí una amiga. Por un exceso de sinceridad. Durante un tiempo me arrepentí de ello y le di muchas vueltas, pero el tiempo lo cura todo y yo ya me he curado.


Aprovecho esta entrada para presentaros un nuevo blog que escribe un buen amigo. Se llama Carolinas en vinagre, el blog, no mi amigo. A mí el merengue me empalaga un poco, pero os aseguro que el toque de vinagre con que aderezará sus entradas hará que merezca la pena.








martes, 12 de enero de 2016

ASOCIANDO RECUERDOS...

Ha muerto David Bowie. Van desapareciendo las referencias musicales con las que hemos crecido. Es que vamos para mayores, y es ley de vida.
Al oir la noticia me han venido a la mente montón de mañanas de marujeo en las que Ziggy Stardust y sus arañas de Marte me han acompañado. Os lo recomiendo, trapo de polvos en mano y la música alta, la tarea se hace más amena y el tiempo pasa sin que te enteres.
Y también me he acordado de Xafi. Dentro de poco se cumplirán 4 años desde que murió. Cuando le conocimos se pintaba los ojos  como Bowie, y llevaba fotos suyas en la carpeta. Sí, fue hace mucho, sí, allá por el 83.
Ahora mismo, mientras escribo esto, estoy escuchando Heroes, otra mítica canción. Va por Bowie. Ta zugatik, Xafi!!!